El presidente argentino, Alberto Fernández, anunció este viernes que no participará en las próximas elecciones presidenciales a celebrarse en octubre, en medio de una crisis económica sin precedentes en el país sudamericano.
A esto se le suman sendas purgas internas que han dificultado la postulación de candidatos por la coalición oficialista. Desde hace par de semanas, el kirchnerismo instó al actual jefe de Estado a darle paso a figuras emergentes con mayor popularidad.
Este anuncio marca una nueva era «kirchnerista», ala del peronismo gobernante dirigida por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
“El 10 de diciembre entregaré la banda presidencial a quien haya sido elegido en las urnas por el voto popular. Trabajaré para que sea un compañero o una compañera de nuestro espacio político”, anunció Fernández a través de un video publicado en su cuenta Twitter.
Actualmente, la gestión del jefe de Estado tiene un 70% de desaprobación en las encuestas, tras una inflación superior al 100% anual, una pobreza que golpea a más del 40% de la población y posibles desfalcos en las arcas públicas.
Estos desaciertos en el partido oficial le han dado un nuevo peso político al partido opositor centro-derecha Juntos por el Cambio, por lo que tiene altas posibilidades de ganar las próximas elecciones generales.
«Alberto Fernández se baja de un lugar en el cual nunca estuvo. Es un Gobierno que tiene menos de 20 puntos de aprobación, su imagen negativa es la más alta de todos los dirigentes que medimos», afirmó la directora de la encuestadora Management & Fit, Mariel Fornoni al medio Reuters.
Hasta los momentos la decisión del actual mandatario no ha impactado en los mercados financieros nacional e internacional.
«Puede tener una lectura positiva en tanto ayude a disminuir las tensiones internas en el oficialismo, pero los desequilibrios son tan grandes que cualquier beneficio inicial probablemente se diluya en el tiempo», señaló el economista Roberto Geretto, de la firma Fundcorp.
Analistas del tema aseguraron que el presidente argentino no está en su mejor momento, solo en esta semana perdió de su tren ejecutivo a su jefe de asesores, Antonio Aracre, a solo dos meses de haberlo nombrado.
En diversas plataformas de redes sociales se había rumoreado que Aracre busca reemplazar al ministro de Economía, Sergio Massa, mediante diversos lobbies con funcionarios de alto rango.
Esta inestabilidad política también ocasionó que el peso argentino se alejará drásticamente del dólar estadounidense. La cotización en el mercado paralelo se disparó desde los 408 pesos a los 432 pesos en solo cuatro días.
Ante este escenario, el Banco Central anunció una subida de 81% en las tasas de interés, mientras que el ministerio de Economía endureció aún más los controles para la salida de dólares al exterior.
Anteriormente Fernández de Kirchner había anunciado que no sería candidata para las próximas elecciones, pese a la insistencia de sus partidarios, lo que deja una brecha, de algunos meses, en buscar un candidato de las bases que pueda conectar con el público y garantizar la continuidad «kirchnerista» en el poder.