El Papa Francisco pidió en Italia que los gobiernos hagan políticas «con visión de futuro» pues los nacimientos “son el principal indicador para medir la esperanza de un pueblo».
“Si nacen pocos significa que hay poca esperanza. Y esto no sólo tiene repercusiones desde un impacto económico y social, sino que mina la confianza en el futuro», aseguró.
Francisco hizo referencia a los datos en Italia, donde se alcanzó la tasa de natalidad más baja de la historia con sólo 393.000 nuevos nacimientos. «Es una cifra que revela una gran preocupación por el futuro», reflexionó.
Lamentó el pontífice que hoy en día, «traer niños al mundo se percibe como una carga sobre las familias. Y esto, desgraciadamente, condiciona la mentalidad de las jóvenes generaciones, que crecen en la incertidumbre, cuando no en la desilusión y el miedo».
Francisco enumeró las dificultades de los jóvenes para formar una familia: «empleo estable, mantenerlo, casas prohibitivamente caras, alquileres por las nubes y salarios insuficientes» y subrayó que para las mujeres existen limitaciones casi insuperables: «Las mujeres jóvenes, a menudo, son obligadas a elegir entre la carrera profesional y la maternidad, o aplastadas por la carga de cuidar de sus familias, sobre todo en presencia de ancianos frágiles y personas dependientes», afirmó.
Por todo esto, destacó la necesidad de abordar el problema juntos, sin vallas ideológicas ni posturas preconcebidas e invitó a evitar que la sociedad deje de ser generativa y degenere en tristeza.
“No podemos aceptar pasivamente que tantos jóvenes luchen por realizar su sueño familiar y se vean obligados a bajar el listón del deseo, conformándose con sucedáneos privados y mediocres: ganar dinero, aspirar a una carrera, viajar, guardar celosamente el tiempo libre», aseveró.
No es un dato menor que el Papa ya había participado en la primera edición de este evento. Allí también se encontraba la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.