El Congreso de Brasil, a pocas horas de que venciera el plazo para la aprobación de la reforma ministerial, aprobó el documento. La propuesta fue hecha por el presidente Luiz Inácio Lula y era una de sus promesas de campaña electoral.
Los senadores apoyaron con 51 votos a favor, 19 en contra y una abstención. De hecho, la votación se alejó de lo que había previsto la mediática del país amazónico.
“Un trámite más rápido que el que hicieron la víspera los diputados, donde tras más de 12 horas de acalorado debate y cesiones por parte del lulismo, se aprobó por una mayoría holgada de 337 votos a favor, 125 en contra y una abstención”, reseñó la prensa local.
Cabe destacar que para conseguir la aprobación en el congreso -dominado por los partidos de derecha y con un gran peso de la oposición bolsonarista- el gobierno tuvo que liberar casi 350 millones de dólares en las llamadas “enmiendas parlamentarias”. Esto quiere decir que desembolsó recursos para inversiones en los estados y municipios de los legisladores interesados. “Una práctica muy típica de la política brasileña”, reseñó el portal RT.
También Lula tuvo que aceptar cambios propuestos por los legisladores como el planteamiento para quitarle competencias a las carteras de Medio Ambiente y Asuntos Indígenas.
Los legisladores también condicionaron la aprobación de la estructura ministerial de Lula a que los representantes oficialistas se comprometieran a no obstruir la aprobación del «PL (proyecto de ley) del Marco Temporal», que prevé que los grupos autóctonos sean expulsados en caso de no poder demostrar que se encontraban en un determinado territorio antes de 1988.