En California, la ketamina va más allá de sus propiedades sedantes y analgésicas. Chase Hudson, cofundador de HempLucid, una compañía de CBD en Provo, Utah, decidió hacer retiros o sesiones entre sus trabajadores para buscar un mejor desempeño laboral.
Las sesiones guiadas, los profesionales de mitad de carrera usan la droga para buscar también un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
El objetivo de Hudson es «cerrar la brecha entre el mundo psicodélico y el espacio corporativo», refiere bloomberg.com.
De manera que estas sesiones se incluyen entre los beneficios que brinda a sus empleados, el acceso a tratamientos con ketamina para la salud mental, así como a sesiones grupales de ketamina.
Previo a esto hubo una experiencia, la empresa productora de jabones orgánicos, Dr. Bronner’s Magic Soaps comenzó a ofrecer beneficios para empleados de terapia asistida por ketamina a sus trabajadores el año pasado.
En ese tiempo utilizó un administrador del plan de beneficios de seguro de terapia psicodélica llamado Enthea, que recaudó $2 millones de capitalistas de riesgo anticipando que la terapia psicodélica basada en el empleador es un mercado en crecimiento.
Hasta ahora las expeciencias aseguran que para los profesionales ocupados, la ketamina es un gran beneficio por la forma en que puede abrir nuevos caminos de pensamiento y ayuda a los clientes a contratar asistentes y reelaborar sus calendarios.
¿Cómo es el proceso?
Los participantes deben acostarse en una oficina lo más cómodo posibles con almohadas, sábanas, colchones y los ojos tapados, uno al lado del otro, descansando como si estuvieran en casa.
Una facilitadora da una inyección de ketamina que hace efecto de inmediato. Durante los próximos 45 minutos las personas se entregarán por completo a la experiencia, pueden sentir que están flotando fuera de tu cuerpo, o que ni siquiera eres consciente de dónde estás o quién eres.
¿Qué es la ketamina?
Según la Administración de Control de Drogas de EEUU es un alucinógeno anestésico disociativo, que distorsiona los sentidos de los usuarios y los hace sentir separados de sus cuerpos. Ha tenido muchas vidas como droga médica y recreativa: en la década de 1960, se inyectaba como anestésico; en la década de 1990, esnifado como droga de fiesta; y, durante la última década, prescrito para la ansiedad y la depresión.
Los expertos dicen que existen riesgos tanto de sobredosis como de dependencia con el uso repetido. Aunque el fármaco se ha recetado de manera no autorizada durante años para controlar la depresión, los investigadores todavía están tratando de comprender cómo funciona para tales usos.
