El diario británico The Guardian reveló que científicos crean embriones humanos sintéticos con células madre sin óvulos ni esperma y aunque se trata de un innovador paso hacia adelante en la ciencia e investigación, plantea al mismo tiempo, dilemas éticos y problemas legales.
Este avance podría potencialmente ayudar en la investigación de desórdenes genéticos.
«Expertos del Reino Unido y Estados Unidos indican que estos embriones modelo -que se asemejan a los que se encuentran en las fases más tempranas del desarrollo humano- podrían proporcionar, por ejemplo, una ventana crucial en las causas biológicas de los abortos recurrentes», publicó el medio.
No es un dato menor que estas estructuras no tienen un corazón latente ni el comienzo de un cerebro, aunque incluyen células que típicamente continuarían formando la placenta, el saco vitelino y el mismo embrión.
“Podemos crear modelos similares a los embriones humanos reprogramando las células”, apunta la profesora Magdalena Zernicka-Goetz, del Instituto de Tecnología de California (Estados Unidos) en una intervención realizada en el marco de un congreso anual en Boston de la Sociedad Internacional para Investigación de Células Madre.
Según esto, no existe ahora la perspectiva a corto plazo de que estos embriones sintéticos vayan a ser empleados clínicamente, y sería ilegal implantarlos en el útero de una paciente.
Diversos investigadores subrayan que no hay información disponible más allá de los artículos en prensa, por lo que este trabajo no puede verificarse.
En opinión de Roger Sturmey, de la Universidad de Manchester, el avance a cargo de un equipo británico y estadounidense demuestra que las células madre, en condiciones de laboratorio muy especializadas, pueden ser dirigidas para formar una estructura que se asemeja a la etapa embrionaria llamada blastocisto.
El catedrático recordó que el blastocisto es una estructura importante, ya que es en torno a este momento cuando el embrión comienza el proceso de implantación en el útero y se establece el embarazo, además de que se sabe muy poco de esa etapa del desarrollo humano.
Sturmey consideró que se necesitan “urgentemente” modelos que permitan estudiar este periodo para ayudar a comprender la infertilidad y la pérdida precoz del embarazo.
Aunque el trabajo presentado en el congreso de Boston por Magdalena Zernicka-Goetz, del Instituto de Tecnología de California, aún no ha sido valorado en su totalidad por la comunidad científica, “ofrece interesantes perspectivas”, dijo Sturmey.
Además, destacó que dada la naturaleza de este trabajo, juristas, especialistas en ética y científicos del Reino Unido “trabajan actualmente para establecer una serie de directrices voluntarias que garanticen que la investigación con embriones sintéticos se realiza de forma responsable”.