El presidente de Colombia, Gustavo Petro, promulgó el decreto que establece un alto el fuego bilateral con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) entre el 3 de agosto y el 29 de enero, uno de los principales compromisos alcanzados hasta ahora por las partes en las conversaciones con las que quieren llegar a un acuerdo de paz.
El decreto, adoptado por el Ministerio de Defensa, establece «la suspensión de operaciones militares y operativos policiales ofensivos», prometiendo que dicha paralización «se hará sin perjuicio del cumplimiento de la función y obligación constitucional y legal de la Fuerza Pública de preservar la integridad del territorio nacional».
Los guerrilleros, por su parte, emitieron un comunicado aceptando el acuerdo «las estructuras del Ejército de Liberación Nacional deben cesar todas las acciones militares ofensivas contra las Fuerzas Militares y de Policía en todo el territorio nacional, incluyendo las acciones de inteligencia».
Un mecanismo integrado por el Gobierno, la guerrilla, la Conferencia Episcopal y la ONU vigilará el cumplimiento de esta tregua, pactada el pasado 9 de junio en Caracas, Venezuela.
«El país está ya inmerso en una fase de desescalada con vistas a la entrada en vigor del alto el fuego y la cúpula del ELN, de hecho, ha ordenado a sus distintas unidades el cese de las operaciones ofensivas desde este jueves, aunque se reserva el derecho a responder si se siente atacado», enfatizó la prensa local.
Por otro lado, el gobierno colombiano y el ELN anunciaron que México será la nueva sede del segundo ciclo de negociación que iniciará en enero.