Para celebrar los 88 años del Dalái Lama, sus seguidores le presentaron el tradicional Chema Changphu (pastel de cumpleaños) mientras artistas del Instituto Tibetano de Artes Escénicas y miembros de la Administración Central Tibetana le cantaron el feliz cumpleaños.
La celebración se llevó a cabo en el patio del Templo Principal Tibetano en Dharamsala, India.
Uno de los invitados, Khenpo Sonam Tenphel, presidente y portavoz del Parlamento Tibetano en el exilio y Comisionado de Justicia, hizo una ofrenda por “Su Santidad” y destacó que la visión del Dalai Lama es valiosa para toda la humanidad: cultivar la responsabilidad universal y desarrollar un buen corazón.
En relación con el Tíbet, recordó que el cumpleañero presentó por primera vez el Plan de Paz de Cinco Puntos en el Congreso de los EEUU y elaboró su visión para un Enfoque del Camino Medio en el Parlamento Europeo.
Khenpo Sonam Tenphel, presidente del parlamento tibetano en el exilio, relató eventos clave en la vida del Dalai Lama: desde su nacimiento hasta que a los 16 años asumió el liderazgo del pueblo tibetano. Aseguró que “introdujo un modelo de democracia a los tibetanos en el exilio, con la primera elección directa de un Kalon Tripa en 2001, y, una vez que se repitió en 2011, delegó formalmente su poder político y administrativo a los líderes electos”.
El Dalái Lama celebra este jueves su cumpleaños en su residencia en Dharamshala, abrazado al mensaje de la paz, mientras intenta recuperarse del escándalo y la idea del Tibet libre envejece con él.
El Último año arreciaron las críticas
Lhamo Dhondup -nombre de nacimiento del máximo líder religioso budista- llegó a su 88 cumpleaños con una popularidad mermada: un video difundido ampliamente en redes sociales a mediados de abril generó una ola de desprecio.
Las imágenes mostraron al líder besando a un niño en los labios para acto seguido preguntar si podía “chupar” su lengua, durante un acto público y en presencia de otros adultos.
Y no sólo eso. El líder budista que cruzó andando el Himalaya en 1959, tras una fallida revuelta popular en Lhasa contra el dominio chino, fue la esperanza de millones de tibetanos frente a China, que ejerce su dominio sobre el Tíbet.
Sin embargo, su decisión de renunciar al poder político para dedicarse al liderazgo espiritual es otra de las acciones que causan la crítica de los tibetanos, especialmente la comunidad en el exilio que esperaba que este usara su influencia para una batalla potente contra Pekin.