La multinacional Disney cumplirá el próximo 16 de octubre 100 años y para festejarlo decidió abrir las puertas de sus bóvedas y permitió la visita de los medios a su estudio de grabación en Burbank, cerca de Los Ángeles, EE. UU.
“Desde vestidos de princesas y bocetos de lindos personajes hasta juguetes de hace un siglo, fotos y documentos: los depósitos y las bodegas de Disney están repletos de cientos de millones de tesoros cinematográficos”, asegura la nota promovida por las agencias de noticias.
“Esto es lo que llamamos la punta del iceberg”, dijo Becky Cline, directora de los Archivos Walt Disney, antes de presentar artefactos originales, como el documento legal que marca la fundación del estudio, el primer guión de la caricatura de Mickey Mouse, y trajes de las últimas películas de Marvel.
Pero la mayor parte de los archivos de Disney está en “cinco o seis” almacenes “distribuidos” en el área de Los Ángeles, con objetos grandes como antiguos carros de parques temáticos y utilería de películas, dijo la archivera Nicole Carroll.
“¡Hacemos tantas cosas que estamos siempre buscando más espacio!”, comentó.
En París, además, fue abierta una experiencia inmersiva y multisensorial centrada en la amistad entre sus personajes distintivos.
Fundado en 1970, el objetivo del altamente especializado y meticuloso equipo de 30 archiveros es mantener “una pequeña muestra” de todo, explicó Carroll.
Por ejemplo, si una película recién estrenada tiene 250 trajes suntuosos, con cuatro o cinco por cada superhéroe, el equipo seleccionará “un par de modelos distintivos de cada personaje” para la posteridad.
Pero incluso con esta metodología, cada vez que termina una producción, el equipo podría agregar “cientos de cosas” al archivo, explicó Carroll.
Uno de los más preciados tesoros de los archivos son los gigantescos libros de cuentos que aparecen al inicio de “Blanca Nieves y los siete enanos” y “La bella durmiente”, así como un zapato de cristal de la versión actuada de la Cenicienta.
Si a esto se suman los archivos fotográficos y documentales que contienen las primeras ediciones de dibujos animados, entradas para la inauguración de Disneylandia en 1955, balances corporativos y recortes de prensa, la colección total asciende a “cientos de millones” de artículos, afirma Cline.