Una innovadora técnica de perfusión regional normotérmica (PRN), fue aplicada en Estados Unidos (EEUU) con la finalidad de revivir órganos y hacerlos aptos para trasplantes.
Aunque ha sido un tema controversial, ya ha dado resultados en un hombre de 41 años a quien le quedaban solo tres meses de vida.
Anthony Donatelli estaba en una cama de hospital esperando un donante, tenía amiloidosis, una enfermedad rara que ocurre cuando ciertas proteínas anormales se acumulan en el cuerpo y forman depósitos. Su única alternativa era la aparición de un donante que le proporcionara tres órganos compatibles.
En febrero del año pasado, Donatelli se convirtió en la primera persona en el mundo en recibir un triple trasplante de corazón, hígado y riñón, a través de la PRN.
A cargo de uno de los trasplantes estuvo Víctor Pretorius, director quirúrgico de Trasplante de Corazón en el Sistema de Salud de la Universidad de California en San Diego.
“Utilizamos tecnología innovadora que nos ha permitido obtener órganos que históricamente habrían sido desechados”, explicó el médico a los medios internacionales.
El debate entre la vida y la muerte
La técnica aunque ha sido innovadora también ha generado el rechazo de muchos médicos, ya que no todos están de acuerdo con esa opinión.
Algunos se oponen a la técnica, especialmente para el trasplante de corazón, porque hace circular la sangre oxigenada de la persona muerta dentro del cuerpo nuevo, hasta que el órgano vuelve a latir.
Estos son donantes con daño cerebral catastrófico irreversible que se mantienen vivos artificialmente con la ayuda de soporte vital.
El proceso es complejo, con el consentimiento de la familia, los médicos de PRN desconectan el soporte vital; se produce un paro cardiopulmonar y, después de esperar al menos cinco minutos, se declara muerto al paciente.
Entonces, con la ayuda de una máquina, los médicos bombean la sangre del donante para reiniciar el funcionamiento del corazón y los pulmones. Esto les permite evaluar si el órgano es apto para un trasplante y también evitar que se deteriore.
Aunque la PRN se practica desde hace varios años en países como Australia, Reino Unido, España, Francia, Portugal, Italia o Suecia, el debate “por razones éticas” ha despegado en EEUU.
Según sus detractores, la reanudación de la actividad cardíaca de la persona fallecida, es como revivir a los muertos.
La preocupación llegó a tal punto que el Colegio Americano de Médicos emitió un comunicado público en abril de 2021 solicitando una pausa en la aplicación del PRN por plantear “cuestiones éticas profundas respecto a la determinación de la muerte”.
Algunas organizaciones de obtención de órganos (OPO) están de acuerdo con esa posición.
Brendan Parent, Nader Moazami, Arthur Caplan y Robert Montgomery, médicos especialistas de la Universidad de Nueva York (NYU), publicaron en 2022 en la Revista americana de trasplante, una respuesta a las afirmaciones hechas por el Colegio Americano de Médicos que critican el procedimiento.
En ella, afirman que el bombeo de sangre a los órganos torácicos no cambia el hecho de que el corazón no se reiniciará por sí solo.
La técnica PRN -argumentan- no cambia las circunstancias que llevaron a la familia y al equipo médico a concluir que ya no hay ninguna posibilidad de vida significativa para el paciente con daño cerebral por paro cardiorrespiratorio.
Mientras el debate continúa en EEUU, la técnica sigue avanzando en los países desarrollados. Actualmente existen planes piloto en países como Suiza, los Países Bajos, Noruega y Canadá.
Hasta el momento, según información disponible públicamente, no se ha utilizado en América Latina.