Un grupo de neuronas que regulan el hambre, podrían ser la clave para la lucha contra los trastornos alimentarios.
Los investigadores realizaron un estudio en ratones, en el que identificaron un grupo de células denominadas neuronas AgRP, ubicadas en la parte inferior del cerebro que pueden provocar la sensación de hambre.
Estas neuronas están próximas al suministro de sangre del cerebro, lo que les da acceso a las hormonas que provienen del estomago que indican los niveles de energía. Cuando la energía escasea, actúan sobre otras áreas del cerebro para promover la alimentación.
Los investigadores analizaron cómo estas células se activan e invitan a los animales a buscar comida cuando hay pocos nutrientes, y a la inversa, detectan cuando llegan los alimentos al estómago.
Otro descubrimiento sorprendente fue que las neuronas AgRP se alteraban en ratones con síntomas similares a la anorexia. Este descubrimiento puede dar luces para restablecer los patrones alimentarios normales en los ratones.
«Si pudiéramos controlar esta sensación de hambre, podríamos controlar mejor nuestras dietas», afirmó Amber Alhadeff, neurocientífica del Monell Chemical Senses Center de Filadelfia.
Estudios previos habían ayudado a identificar la función de estas neuronas, cuando los ratones no habían comido, se disparaba esta neurona con más frecuencia. Sin embargo, cuando olían comida, esta actividad disminuía en cuestión de segundos.
Los investigadores señalan que si comprenden mejor cómo las neuronas AgRP impulsan la búsqueda de alimentos, es posible que se puedan encontrar formas de ayudar a las personas a no engordar.
De hecho, los últimos medicamentos para adelgazar, como Wegovy, actúan en parte sobre las neuronas AgRP, pero tienen efectos secundarios como náuseas y diarrea.
Sin embargo, las terapias dirigidas solo a las AgRP no resolverían completamente el dilema del peso, porque la busqueda de alimentos es solo un componente del control del apetito.
Con respecto a la anorexia, los investigadores creen que investigar las neuronas AgRP podría conducir a nuevas estrategias de tratamiento.
Las personas con anorexia evitan la comida, hasta el punto de perder peso de forma alarmante.
Para este trastorno alimenticio no existe medicación específica, y los tratamientos pudieran decantarse por la psicoterapia, los medicamentos generales, como antidepresivos y en los casos más severos, forzar la alimentación mediante un sonda introducida por la nariz.
