La Ayahuasca es una bebida alucinógena usada por los pueblos amazónicos a la que le atribuyen propiedades medicinales para tratar la depresión y las adicciones.
Un estudio de la Universidad de Yale en Estados Unidos que inicio en el año 2000, liderado por el Robert Berman, probó una pequeña cantidad de ketamina, parecido a la ayahuasca, en siete personas con cuadros depresivos, y los resultados impresionaron a los investigadores.
Después de la primera dosis inyectada, los pacientes empezaron a mostrar mejoras, y en las dosis posteriores, evolucionaron de forma sorprendente.
En el año 2019 el fármaco fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) bajo el nombre de esketamina y la aplicación es por inhalador.
El fármaco estuvo en el ojo de la tormenta por su uso desmesurado en las discotecas, sin embargo representó una respuesta contra la depresión que no tenía una prescripción médica para su tratamiento.
De hecho, El MDMA, mejor conocido como ‘éxtasis’ ya fue aprobado en Australia para tratar el estrés postraumático, y la psilocibina para la depresión.
La ayahuasca
La ayahuasca es una infusión tradicional en los pueblos precolombinos de la Amazonia que se prepara a partir de una planta que germina del suelo en combinación con las hojas de la chacruna que contiene el DMT.
El DMT es parecido a los llamados hongos alucinantes y es el responsable del llamado compuesto psicodélico. El brebaje es de un sabor desagradable que induce al vómito, por lo que lo que no es interesante como experiencia recreacional.
Sin embargo, los efectos que genera a través de las intensas experiencias emocionales han hecho que se popularice en grupos de crecimiento personal. El uso ancestral de la infusión buscaba profundizar el vinculo entre el hombre y la naturaleza.
El especialista Dimitri Daldegan-Bueno de la Universidad Estatal de Camponas en Brasil reveló que ya hay ensayos clínicos con ayahuasca para la depresión en hospitales, y no han mostrado efectos secundarios graves. Además dijo que décadas de estudios en comunidades con tradición de consumo de ayahuasca tampoco los han encontrado.
«Esto no significa que no haya riesgos en su uso. Los efectos psicológicos pueden ser muy intensos, y a veces la persona puede necesitar apoyo para asimilar la experiencia» agregó Daldegan-Bueno.
Sin embargo, el especialista recalca que la ayahuasca está contraindicada en personas con afecciones mentales relacionadas al espectro psicótico, «ya que puede causar un episodio o empeorarlo» señaló
Por su parte, José Morales, investigador de la Universidad Complutense de Madrid, considera de gran utilidad la experiencia del uso comunitario. «Tenemos información de miles de personas que han consumido ayahuasca y no tenemos muertes reportadas cuando se usa sola»
Morales detalla que cuando se mezcla con cocaína u otras sustancias, su puede ser perjudicial para la salud.
«Nosotros hemos visto que el efecto terapéutico, para tratar la depresión o las adicciones, se puede conseguir a partir de microdosis sin esos efectos alucinógenos, porque hemos observado que ese efecto terapéutico se produce a partir de un receptor que no es el alucinógeno”, afirmó Morales.
Otro especialista, Joaquim Soler, del Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau, en Barcelona, estudió el potencial de la ayahuasca para mejorar los efectos de la meditación. «Hemos visto que después de una toma se mejora la capacidad de aceptación y de amor a uno mismo y se disminuye la tendencia a juzgarse» señaló.
«Es como el efecto que se consigue con el mindfulness, pero sin tanto tiempo de entrenamiento», explicó Soler
