Es común sentirnos atraídos por personas con las que compartimos continuamente o con las que tenemos un interés en común, sin embargo, no sabemos a qué se debe esa atracción.
Recientemente y en busca de esa respuesta un grupo de psicólogos sociales ha estudiado durante mucho tiempo como algunas de las relaciones humanas más significativas pueden surgir de conexiones muy breves.
Este fenómeno se conoce como «efecto de atracción por similitud» y se trata de enamorarse de personas que son similares a nosotros.
Según una publicación en DW, Charles Chu, profesor adjunto de Gestión y Organizaciones en la Escuela de Negocios Questrom de la Universidad de Boston, se realizó una serie de cuatro experimentos para responder a esta pregunta.
Entre las conclusiones figura que el factor clave detrás del efecto de atracción por similitud es lo que los psicólogos llaman «razonamiento autoesencialista». Este concepto se refiere a la creencia que las personas tienen acerca de poseer un núcleo interno profundo o una esencia que determina quiénes son.
En resumen, según esta nueva investigación, hay un mecanismo psicológico simple detrás de esta tendencia a juzgar a una persona en función de una sola característica, lo que revela cómo las reglas de la atracción están influenciadas por suposiciones injustas.
El experimento
Para poner a prueba esta suposición, los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos con la participación de 2.290 personas.
En primer lugar, los participantes completaron un cuestionario diseñado para evaluar la intensidad de su razonamiento autoesencialista, luego se les pidió que expresaran sus sentimientos hacia un personaje ficticio llamado Jamie, basándose en las opiniones de Jamie sobre temas como el aborto, la pena de muerte y la posesión de armas.
Aquellos participantes con niveles más altos de razonamiento autoesencialista eran más propensos a sentirse atraídos hacia Jamie cuando coincidían en opiniones.
Luego hicieron otro experimento donde evaluaron si este efecto persistía cuando los temas objetivo eran menos sustanciales, ahí pidieron a los participantes que calcularan el número de puntos azules de una página y los clasificaron, junto con el Jaime ficticio, en subestimadores o sobrestimadores.
«Descubrí que, tanto con dimensiones de similitud bastante significativas como con similitudes arbitrarias y mínimas, las personas que tienen una mayor creencia en que tienen una esencia son más propensas a sentirse atraídas por estos otros similares frente a otros disímiles», dijo Chu.
Por último, los investigadores llevaron a cabo otros dos experimentos con el objetivo de desafiar la influencia del razonamiento autoesencialista.
En uno de ellos, informaron a los participantes que ciertos atributos, como el gusto por una obra de arte, eran esenciales o no esenciales en la formación de la identidad de una persona.
En otro experimento, intentaron persuadir a los participantes de que utilizar su esencia interna para juzgar a los demás podría llevar a resultados inexactos.