El profesor de antropología Ted Fischer, de la Universidad de Vanderbilt en EEUU, descubrió un nexo entre la bebida y la Ilustración y aseguró que el café “alteró el curso de la historia y fomentó ideas de la Ilustración y del capitalismo”.
Fischer dijo a BBC que “no parece casualidad que las ideas sobre democracia, racionalidad, empirismo, ciencia y capitalismo surgieran en un momento en que se popularizó su consumo. Esta droga, que amplía la percepción y la concentración, definitivamente fue parte del contexto que llevó al capitalismo».
Hablando del capitalismo, Fischer llamó la atención sobre cómo la demanda de café alteró el curso de la historia en varios países, incluído Brasil.
“Por un lado, tenemos la abolición de la esclavitud en 1888 y la expansión de la producción de café en Brasil. Por otro lado, algunos industriales en Europa comenzaron a ofrecer café a los empleados, además de vender el producto a menor precio” , destacó.
“Y esto no fue algo altruista por parte de los dueños de las fábricas. Ellos querían aumentar la productividad de sus empleados. O sea, tenemos un consumo de café ligado a la producción capitalista, lo que llevó a un aumento del cultivo en lugares como Brasil y Guatemala”, agregó el investigador.
Los beneficios del café no se limitan a la bebida en sí, sino que abarcan también al rito de socialización.
“La cafeína tiene la capacidad de bloquear estos receptores y, con ello, generar un efecto psicoestimulante. Es decir, tiene una acción contraria a la adenosina y da la sensación de estar despierto y concentrado”, explicó la nutricionista Marilyn Cornelis, profesora de la Escuela de Medicina en la Universidad de Northwestern (EEUU).
La cafeína también aparece en productos industrializados, como refrescos, bebidas energéticas y medicamentos.
Lo que cambia aquí es la concentración: según una tabla de la Clínica Mayo, una taza de espresso (expreso) lleva 64 miligramos de cafeína, mientras que el té verde trae 28 miligramos, por ejemplo.
También vale recordar que el café no sólo contiene cafeína, sino otras sustancias como el ácido clorogénico, un antioxidante.
Cada día se consumen más de 2 mil millones de tazas de café en todo el mundo.
Esto convierte a la cafeína, una de las sustancias presentes en el café, en la droga psicoactiva más consumida en todo el planeta.
El filósofo y sociólogo alemán Jürgen Habermas, por ejemplo, destacó el papel de las cafeterías en Inglaterra y Alemania durante los siglos XVII y XVIII como lugares donde se generaba y fluía la comunicación, en forma de conversaciones y publicaciones.