La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) publicó un informe en el que indica que hay evidencias que el uso excesivo del celular está asociado a un peor rendimiento académico y efectos negativos en la estabilidad emocional así que el organismo multiestatal impulsa su prohibición en los espacios educativos de los niños.
Cabe destacar que hoy día, millones de niños en todo el mundo no sólo van al colegio con el estuche, los cuadernos y los libros de texto, sino también con su teléfono, publicó el portal xacata.com.
«La interacción alumno-profesor debe ser la la clave. Aunque Unesco defiende el uso de la tecnología y afirma que la revolución digital encierra un potencial inconmensurable, debe ser usada para mejorar las experiencias de aprendizaje, pero esas conexiones online no son sustitutas de la interacción humana», explicó el informe.
Según Unesco, entre los 200 sistemas educativos analizados por todo el mundo, solamente seis países prohíben actualmente el móvil en el cole. Entre ellos están Francia —que introdujo estas políticas en 2018— y Holanda, que activará la restricción en 2024. Algunos países tienen normativas flexibles pero en Unesco abogan por un veto global.
Admiten que la tecnología fue todo un salvavidas durante la pandemia y sobre todo durante el confinamiento, pero añadieron que hay que valorar pros y contras: «no todos los cambios constituyen un progreso. Solo porque algo pueda hacerse no significa que deba hacerse», dice.
Según el estudio, hay datos de evaluaciones internacionales a gran escala que plantean una «relación negativa» entre el uso excesivo de tecnología digital y el rendimiento de los estudiantes. Esa tecnología no se reduce a teléfonos móviles, también incluye el uso continuado de tabletas o portátiles que según esos datos puede distraerles, perturbarles y tener un impacto perjudicial en el aprendizaje.
Unesco añade que no hay evidencias especialmente claras de que el uso de la tecnología añada valor a la educación. De hecho, apuntan a que quienes defienden esos beneficios son empresas privadas de educación que tratan de vender sus productos de aprendizaje digital.