El grupo de expertos Global Footprint Network (GFN) calculó que el planeta superó este miércoles la capacidad que tiene la Tierra de generar y regenerar sus recursos naturales para todo 2023.
Especificó que los 151 días que quedan hasta final de año, el planeta estará en números rojos, lo que supone que entra a «vivir de las rentas del capital natural acumulado«.
Este fenómeno ya se vivió en España en mayo cuando rebasó ese nivel. El cálculo estima que cada habitante a nivel mundial necesita 1,75 planetas para satisfacer sus necesidades.
Según este estudio la demanda de los habitantes del planeta ya supera en un 70% la capacidad que tienen sus ecosistemas de regenerarse.
Además, aseguró que la alimentación supone la mayor parte de la huella ecológica, ya que alimentar a la humanidad supone en torno a la mitad de esta biocapacidad.
GFN expone en su informe anual que con una población mundial creciente y un aumento de la demanda de comida saludable, la presión ecológica por la comida seguirá creciendo mientras la capacidad para producir comida es un reto creciente debido a que sus propios recursos sufren un mayor estrés y a la situación climática incierta, refiere Europa Press.
Además, advierte de que no está claro todavía que sea posible proporcionar la cantidad de
alimentos suficiente con estas tendencias.
¿Qué oportunidades tiene Europa de recuperarse?
Su socio Wageningen University & Research (WUR) publicó recientemente en la revista ‘Nature’ un artículo en el que analizaba las oportunidades de Europa de producir comida al tiempo que se reduce el impacto ecológico de su sistema alimentario.
Se estima que según los escenarios se podrá lograr esa minimización del impacto ecológico y lograr cubrir sus necesidades alimentarias.
Estimaban que sería necesario rediseñar el sistema de producción alimentaria con los principios de circulardidad y esto tendría el potencial de reducir el uso de tierra para alimentos en torno a un 71% y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero per cápita en un 29%.
Las claves de este reto están en minimizar y prohibir el desperdicio alimentario a través del su reciclaje en otros bienes como fertilizantes o alimentación animal.
Global Footprint Network sugiere que en un sistema agrícola ideal y optimizado la huella ecológica podría reducirse un 24% por persona y, con ello, la biocapacidad de la Tierra aumentaría en un 12%.
El informe de GFN incide en que estos cálculos solo tienen en consideración los aspectos del sistema agrícola optimizado, incluidos aspectos como el aumento de las hectáreas de cultivo.
Los cálculos realizados concluyen que el 72% de la población mundial vive en países que gastan más allá de sus recursos biológicos propios que los que genera la media mundial, lo que limita su capacidad de compra de estos recursos extra en otros mercados.