¿Cuál es el peligro de confundir un ‘like’ con afecto verdadero?

¿Por qué un simple «like» o «me gusta» influye negativamente en nuestra salud emocional?, pese a que su génesis fue la de generar empatía, los intereses económicos y la nacesidad de validación hicieron que el popular botón se convirtiera en un arma de doble filo.

Justom Rosenstein es el creador del botón «Me gusta» y cofundador de la aplicación para mejorar la prodictividad Asana, a quien paradójicamente con el pasar del tiempo le dejó de gustar el botón «me gusta».

Con respecto al origen del archiconocido botón que ya forma parte de los convencionalismos sociales, Rosenstein señaló: «Pensé cómo podríamos hacer más sencillo para que la gente pudiera expresar que le gusta algo, de forma que el esfuerzo fuera nimio. Después descubrí que era tan fácil como hacer click».

«Quería que se pudiera compartir ese positivismo fácilmente, y eso es lo que dio forma al botón de ‘me gusta’. Hasta ahora, lo que más se usa en Facebook es el botón de “no me gusta”, y eso es curioso, porque ha borrado el objetivo de su origen, que era promover y diseñar una infraestructura que fomentara un mundo en el que todos nos apoyáramos”, agregó Rosenstein.

En el año 2019 Facebook decidió introducir el botón «me gusta», que para aquél entonces consistía sólo en un pulgar. Posteriormente, la red social permitió a otros sitios web adoptar el botón para que los usuarios pudieran compartir sus intereses en sus perfiles de la plataforma.

Esto permitió a Facebook obtener información sobre las preferencias de las personas fuera de su propio sitio con el objetivo de dirigirse a ellos de forma más eficiente con los bombardeos de publicidad. Ahora le llamamos a eso «big data».

En el 2015 el botón se transformó en un corazón en la otrora Twitter, mientras que otras plataformas como Instagram y TikTok siempre han latido con el corazón.

En un inicio la interpretación del «me gusta» era una forma de marcar un contenido visto, sin embargo, luego se convirtió en una carrera descarnada por capitalizarlos.

Actualmente los «me gusta» son mucho más que una opinión, ya que la llamada «fiebre de los likes» mueve millones de dolares entre usuarios que se compran seguidores y «likes» para tener un aparente crecimiento en sus respectivas plataformas.

El fervor llegó al punto que muchas personas son capaces de despreciar una cuenta si tiene pocos «me gustas», la lógica que prela en estos casos es «si tanta gente la sigue, es porque será interesante». En este punto, se desvirtuó el sentido original del botón.

«Considero que el ‘like’ es, si no una herramienta de manipulación, por lo menos una herramienta que afecta al usuario que emplea las redes sociales. Es una manera de medir quién es -de forma falsa, evidentemente-, por lo que es una especie de pastilla falsa de felicidad o un sustitutivo de placeres o de satisfacciones», detalló Marc Masip, psicólogo y experto en adicción a las Nuevas Tecnologías.

«Para mí, es más importante tener un amigo en un mal momento que tener 100.000 ‘likes’ de gente que no conoces. Hay un valor económico tras estos ‘likes’ y se ha creado un falso estatus: el de que cuántos más seguidores y ‘likes’, mejor es alguien», agregó el especialista.

El famoso botón no solo puede generar problemas de autoestima, sino que puede originar problemas entre las parejas. Un «me gusta» puede manifestar la forma en que una persona se relaciona con su entorno y en varias oportunidades pudiera despertar celos y temores. Para muestra, Neymar y el uso que le da al «like» en redes sociales.

De hecho, se ha acuñado el término «Likeaholics», para definir a las personas que son adictas a los «me gusta»y como toda adicción genera una patología que afecta diversos aspectos físicos y mentales.

Un likeaholic navega en exceso por internet, rebasa los límites de uso en redes sociales y espera que los demás usuarios también acepten y compartan sus publicaciones. Al recibir estos estímulos, su egocentrismo se eleva al igual que su estado de ánimo.

Otros expertos consultados, advierten que en las redes sociales podemos mostrar una vida que no se aproxima a nuestra vida real.

“Muchas personas infelices se muestran como las más felices del mundo cuando en realidad, no tienen un euro, pero se hacen fotos en hoteles o coches de lujo, muestran ropa que utilizan para las fotos o vídeos que luego la devuelven a las tiendas y en definitiva, exhiben una vida aparentando lo que no son y creando una falsa imagen de sí mismos que otros admiran o envidian», señaló Fátima Martinez López, autora de ‘El libro de TikTok’.

¿Y cuál es el final de la historia de apariencias?, según Marc Masip esto generará en algún momento un gran espacio de frustración que tiene dos amigas: la adicción y la depresión.

https://twitter.com/Culturizando/status/1698423157466570814

Articulos relacionados

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Sigue en contacto a través de

0SeguidoresSeguir
Lamoscanews.com Lamoscanews.com Lamoscanews.com Lamoscanews.com

Lo más reciente