Este domingo Alemania se convirtió en campeón del mundo tras vencer a Serbia 83-77, para alcanzar su primer título de la Copa Mundial de Baloncesto FIBA en el Mall of Asia Arena de Manila, en Filipinas.
En la anterior justa los alemanes habían alcanzado un discreto puesto 18, y el retiro de Dirk Nowitzki, una de las estrellas del equipo, fue un mal presagio para los teutones.
Sin embargo, el punto de quiebre que representó la victoria sobre el «Dream Team» de los Estados Unidos, era una señal de que los alemanes iban a ir por todo.
Dennis Shroder fue elegido como el jugador más valioso con 18 unidades, y un gran desempeño en las transiciones con velocidad para sorprender a los serbios.
De hecho, Shroder fue el que sentenció el partido a falta de 21 segundos cuando puso arriba a su escuadra por dos puntos y luego sellaría el triunfo con tres tiros libres que pasarán a la historia.
De esta forma, los comandados por Gordon Herbert, completaron su participación en el Mundial de forma invicta, tras dejar en el camino a selecciones de renombre como las de Australia, Eslovenia y Estados Unidos.
Por su parte, Serbia llegó a la final sin su estrella Nikola Jokic, que afirmó tras finalizar la temporada en la que salió campeón con los Denver Nuggets, que necesitaba descansar este verano y preparase para la defensa del anillo conseguido.
Otra de las ausencias en Serbia fue la de Vasilije Micić, que no participó en el torneo tras pactar con el Oklahoma City Thunder.
Del lado serbio, Bogdan Bogdanovic tuvo un desempeño destacado con 17 puntos, pero no fueron suficientes para detener la ofensiva alemana. Los serbios habían llegado a la justa como los favoritos.