Los pescadores sacaron agua de sus trampas para langostas, y los habitantes llevaron a tierra centenares de embarcaciones, lo que hizo que algunos muelles parecieran pueblos fantasma. Trabajadores del sector eléctrico que llegaron desde lugares distantes como Tennessee tomaron posiciones antes de los fuertes vientos, marejadas y lluvia que se prevé abarcarán cientos de kilómetros (millas) de tierra y mar a causa del huracán Lee.
AP publicó que se pronostica que la tormenta tendrá más de 640 kilómetros de diámetro y vientos con fuerza de tormenta tropical cuando toque tierra, lo que ha suscitado preocupaciones por las posibles interrupciones del suministro eléctrico en Maine, el estado más forestado de la nación, donde el suelo está saturado de agua y los árboles están debilitados por las fuertes lluvias veraniegas.
Lee seguía siendo un huracán con vientos de 128 km/h el viernes en la tarde mientras se dirigía hacia Nueva Inglaterra y el este de Canadá con una marejada de hasta 6 metros, fuertes vientos y lluvia. Los meteorólogos dijeron que los vientos rebasarían los 64 km/h en toda la región antes de que el meteoro toque tierra el sábado en la tarde.
Lee se ubicaba la tarde del viernes a unos 465 kilómetros al sureste de Nantucket, Massachusetts.
Aunque se pronostica que el ciclón de categoría 1 tocará tierra cerca de Nueva Escocia, tiene la dimensión suficiente para causar preocupaciones en una amplia zona incluso si se debilita y se degrada a tormenta tropical. Partes costeras de Maine podrían tener olas de hasta 4,5 metros, las cuales causarán erosión y daños, y los fuertes vientos causarán apagones, dijo Louise Fode, del Servicio Meteorológico Nacional en Maine. Se pronostican también hasta 12 centímetros de lluvia para el este de Maine.
En Canadá, Ian Hubbard, meteorólogo de la agencia de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá y del Centro Canadiense de Huracanes, dijo que Lee no será tan devastador como los remanentes del huracán Fiona, que arrojó casas al océano, interrumpió el suministro eléctrico en dos provincias y arrastró a una mujer hacia el mar hace un año.
Pero sigue siendo una tormenta peligrosa. Kyle Leavitt, director de la Organización de Gestión de Emergencias de Nueva Brunswick, pidió a los habitantes que permanezcan en casa. “Nada bueno puede resultar de salir a ver las grandes olas y qué tan fuerte es el viento”, advirtió.