El gobierno de Pakistán anunció ocho arrestos de ciudadanos organizados en una banda traficante de órganos humanos liderada por Fawad Mukhtar, médico, quien extrajo ilegalmente 328 riñones para realizar los trasplantes.
«Lo han arrestado en múltiples ocasiones por actividades de mala praxis en la provincia oriental de Punjab. Él y sus colaboradores salieron de prisión en todas las ocasiones anteriores tras pagar una fianza», escribió el diario El Mundo.
Mukhtar era asistido por un mecánico de automóviles que trabajaba como su asistente quirúrgico y también ayudaba a buscar donantes vulnerables de diferentes áreas de la provincia.
Según la información, los delincuentes cobraban unos 35.000 dólares por un trasplante y pagaban al donante -generalmente personas muy pobres- tan sólo 520 dólares.
Una amplia red de operaciones en Punjab, que se extiende incluso al territorio de Cachemira de Pakistán, ha dado una fortuna de millones a Mukhtar, que contaba con una lista de clientes millonarios para realizar sus trasplantes.
No todos los trasplantes salieron bien. Al menos tres personas han muerto durante la práctica ilegal, incluido una ciudadana jordana.
Las víctimas incluyen a Hira Umer, hija del famoso comediante paquistaní Umer Sharif, operada por Mukhtar, que murió por complicaciones después de recibir un trasplante de riñón en la región de Cachemira en 2020.
Crimen común
Hay mafias que mantienen el «turismo internacional de trasplantes» en Pakistán y les venden órganos de personas pobres a pacientes ricos.
De hecho, Pakistán ha sido durante años un centro para el comercio ilegal de riñones, no sólo para clientes locales, sino también para solicitantes internacionales, principalmente de Arabia, África y Reino Unido.
«Los hechos y cifras que nos han llegado hacen temblar el corazón», admitió el jefe de gobierno de la provincia paquistaní de Punjab, Mohsin Naqvi.
El tráfico de órganos fue tipificado como delito en Pakistán en 2007 mediante la Ordenanza sobre trasplantes de órganos y tejidos humanos, seguida por la Ley de trasplantes de órganos y tejidos humanos de 2010. Antes de la legislación, el país era considerado un destino para el «turismo de trasplantes».
Sin embargo, la práctica clandestina continúa en muchos lugares en relación con el dinero. Uno de esos hospitales está situado en Rawalpindi, adyacente a Islamabad.