Para muchas personas es un misterio por develar, ¿por qué después de cenar siempre nos apetece un dulce?. Este fenómeno que afecta a muchas personas preocupa a la comunidad científica desde hace años.
En aras de comprender este desafío, compartimos varias sugerencias para mantener a raya los antojos de azúcar después de las comidas.
La sensación de hambre y saciedad está regulada por hormonas que responden al contenido de nuestro estómago e intestino delgado. Sin embargo, los antojos pueden surgir independientemente de nuestra sensación de saciedad.
Detrás de los antojos está la «saciedad sensorial específica» que sugiere que tenemos un espacio para un postre cuando terminamos de comer.
Para reducir ese efecto, los nutricionistas recomiendan incorporar sabores, texturas y olores en el plato principal, que pueda ayudar a generar la sensación de saciedad al final de la comida.
Aunado a eso, las conductas aprendidas también juegan un papel crucial, por ejemplo, establecer asociaciones entre los alimentos y ciertas situaciones puede llevarnos hacia una calle ciega que termina en un dulce.
Romper con estos hábitos requerirá experimentar un cambio de rutina después de comer, que se puede lograr aplicando nuevas formas de reducir el estrés o métodos de relajación después de cenar.
Aquí te presentamos otras estrategias adicionales para evitar los antojos nocturnos:
- Consume porciones más pequeñas y menos frecuentes de dulces, lo que puede ayudar a mitigar los excesos.
- Evita reemplazar el azúcar con edulcorantes, porque algunos de ellos pueden aumentar los antojos.
- Procura dormir lo suficiente, ya que la fatiga podría aumentar el deseo de comer alimentos ricos en calorías.
- Consulta a un especialista sobre los posibles tratamientos para reducir los antojos de dulces.
La atracción hacia los dulces se ha estudiado durante mucho tiempo, y la sobreoferta de postres y alimentos ricos en azúcar han contribuido a que esta tarea sea más difícil. Esta inclinación no está necesariamente vinculada a la obesidad, que ha sido un mito que se ha generalizado.
La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda consumir no más de 25 gramos de azúcar añadida por día para las mujeres y no más de 36 gramos para los hombres.
Por otra parte, es importante promover un mejor etiquetado de los alimentos para conocer los valores nutricionales de cada producto que tomamos del anaquel.
