Debido a las guerra entre Israel y Hamás que ya suma más de 10.000 fallecidos, la ciudad de Belén anunció la cancelación de las fiestas navideñas, tal y como lo hizo hace pocos días Jordania.
Aunque en el reino hachemita, los cristianos han renunciado a las celebraciones navideñas en solidaridad con Gaza, en Belén se han visto obligados a suspenderlas porque la guerra ha cortado el turismo en esa localidad.
«A pesar de nuestras repetidas llamadas para un alto el fuego humanitario y un fin de la violencia, la guerra continúa», explicaron representantes de la iglesia el pasado 10 de diciembre, según el diario El País.
Afectación económica
La suspensión de la Navidad en Belén es un duro golpe a la economía ya que en región que vive de la iglesia de la Natividad, compartida entre católicos y ortodoxos, del turismo y del aceite de oliva.
Dado que la ciudad se encuentra en Cisjordania y sus accesos son controlados por Israel, el camino que lleva a Belén se ha vuelto cada vez menos transitado. Solo 10% de la población palestina es cristiana y debido al conflicto temen su desaparición.
Desde que comenzó el conflicto, el Papa Francisco ha clamado por la paz. La última ocasión en la que ha hizo un llamamiento en contra de la guerra fue el pasado domingo, 12 de noviembre, tras el rezo del Ángelus.
«Pidió que el conflicto en Gaza no se alargue y ha instado a que se socorra inmediatamente», dijo a los heridos y pidió que llegara la ayuda humanitaria «y que los rehenes sean liberados».
«Todo ser humano es sagrado y precioso a los ojos de Dios. Basta, hermanos, basta. Hay que parar con las armas, que nunca traerán paz«, señaló desde ventana del palacio apostólico a la plaza de San pedro en el Vaticano.
