El canciller de Venezuela, Yván Gil, informó que la delegación de La Vinotinto que viajó a Perú y empató a 1 gol en partido eliminatorio para el Mundial, regresó a Venezuela tras horas de retraso en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, en Perú.
Tras las denuncias en redes sociales de la demora, el propio canciller venezolano, la Federación de Fútbol y personalidades, el gobierno local alegó «restricciones de abastecimiento de índole mercantil».
«Luego de nuestras denuncias públicas y acciones diplomáticas, el Gobierno del Perú ha ordenado el suministro de combustible a la aeronave YV645T y ha prometido derogar la resolución de PetroPerú, que impide a empresas del sector prestar servicios en tierra a los aviones matriculados en Venezuela», explicó el canciller venezolano.
Antes, había denunciado que el Gobierno de Perú aplica un secuestro, vengativo a nuestro equipo, que ha realizado un extraordinario juego. Exigimos el cese inmediato de las agresiones en contra de nuestra selección y del pueblo venezolano, asumiendo sus obligaciones en el marco del respeto al Derecho Internacional y desechando las prácticas de xenofobia».
Lunares extra deportivos
Además del retraso en el vuelo, hubo varios incidentes que opacaron el juego y fueron de índole extradeportivo.
En primer lugar, infelices comentarios de panelistas en un programa deportivo donde se referían a las «cariñosas» (prostitutas venezolanas) y sus precios de acuerdo al marcador del partido.
Luego, el control de identidad en el estadio por parte del departamento de Migración. Esto no es ilegal pero es obvio y evidente que querían impedir que los venezolanos fueran al partido.
Y, finalmente, al terminar el propio juego, un intercambio rápido de empujones, e insultos entre la policía peruana y la selección venezolana. La oncena criolla quería arrojar algunas camisetas a la tribuna y los centinelas locales arremetieron contra ellos al saltar el vallado.