El recién presidente electo de Argentina, Javier Milei, desmintió los rumores sobre su supuesto cambio de opinión sobre el organismo de las políticas económicas estatales: «deseamos aclarar que el cierre del Banco Central de la República Argentina (BCRA) no es un asunto negociable».
El mandatario que asumirá el próximo 10 de diciembre lanzó un comunicado por redes sociales a través de la Oficina del Presidente.
En el mismo texto, confirmó dos nuevos cargos, el economista Osvaldo Giordano será titular del ANSES y el ingeniero Horacio Marín estará al frente de YPF.
«El economista sostiene que el cierre del organismo es la contraparte de otro de sus caballitos de batalla: la dolarización de la economía argentina. La misma implicaría que el país renunciaría al peso argentino y utilizaría el dólar estadounidense como moneda», reseñó CNN.
El Banco Central de Argentina regula el funcionamiento del sistema financiero, aplica la Ley de Entidades Financieras, regula la cantidad de dinero, las tasas de interés, los créditos, y ejecuta la política cambiaria.
La idea de Milei es eliminar la emisión monetaria, por considerar que es la única causa del aumento de precios, uno de los problemas más acuciantes de la economía argentina. «La inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario», ha insistido.
Analistas advierten la posibilidad de que el Banco Central pierda su capacidad de influir en la política monetaria al no tener capacidad para emitir moneda y desaparecer como prestamista de última instancia.
Otro de los efectos inmediatos que tendría la implementación de una economía dolarizada sería la incapacidad del Banco Central para contrarrestar corridas bancarias. Los analistas coinciden en que al no poder emitir dólares, si no fueran suficientes los que ya tiene, se necesitaría recurrir a nuevos préstamos, generando un proceso de endeudamiento difícil de detener.