El semanario británico The Economist lanzó su acostumbrada lista con las ciudades más caras y más baratas del mundo.
Cuanto más fuerte sea la moneda local, más arriba se posicionan los países en la lista y viceversa.
Singapur resultó electa como la ciudad más cara del mundo. De hecho, el costo de un certificado necesario para comprar un carro supera la cifra de los US$106.000 y eso es para el vehículo más barato.
Los posibles propietarios de vehículos en Singapur deben tener el certificado antes de comprar un vehículo y la validez del título expira a los 10 años. Este permiso se vende en subastas cada dos semanas y el gobierno controla la cantidad que se emiten.
A pesar de tener solo cinco millones y medio de habitantes, Singapur está calificado como el país con mayor número de millonarios del mundo y es por ello que por noveno año consecutivo se mantiene como el país más caro para vivir.
Este 2023, el primer lugar lo comparte el país asiático con Zurich, la ciudad más grande de Suiza, un espacio en el cual el precio de los alimentos, artículos para el hogar y entretenimiento es el más alto de Europa.
Su ascenso a la cima del índice se debe principalmente a que el franco suizo se ha apreciado más del 10% frente al dólar durante el año pasado.
«La ciudad de referencia de la encuesta es Nueva York, por lo que si la moneda de un país se fortalece, sus ciudades generalmente ascenderán en la clasificación», explicó el semanario.
De hecho, la caída del dólar hizo que las ciudades estadounidenses bajaran en el ranking este año. Nueva York que ocupaba los primeros lugares ahora quedó relegado al tercer puesto junto a Ginebra.
Para el semanario la crisis mundial que comenzó en 2022 se mantiene latente este año pese a que los precios de la energía y los problemas de suministros generados por el inicio del conflicto entre Ucrania y Rusia, se suavizaron.
Por otra parte, los índices inflacionarios siguen por las nubes. Los precios de 200 productos y servicios que rastrea The Economist, aumentaron una media del 7,4% durante el año pasado, un poco menos al 8,1% de 2022 pero sigue por encima del promedio del 2,9% de los cinco años anteriores.
Las ciudades más baratas
Según The Economist, la capital de Siria, Damasco, es la ciudad más barata de la clasificación, a pesar de que su cesta de precios aumentó 321% interanual en términos de su moneda local, pese a cumplir 12 años de conflicto bélico.
Con el cese parcial de las hostilidades en algunas ciudades, la retirada de los subsidios gubernamentales y la devaluación de la moneda, aumentaron los costos de importación.
Teherán (Irán) y Trípoli (Libia) también aparecen en la lista de las ciudades más baratas. De hecho, la inflación en Teherán es alta, casi 49%, mientras que en la capital libia aumentaron un poco más del 5% el año pasado.
Estas tres ciudades son considerablemente baratas en costo de comestibles, así como en artículos para el hogar y el cuidado personal.
En Latinoamérica, las tres ciudades que más puestos escalaron fueron Santiago de Querétaro y Aguascalientes en México, y San José, la capital de Costa Rica aunque Ciudad de México se ubicó como la ciudad más cara del continente.
«En 2023, el peso demostró ser una de las monedas más fuertes de los mercados emergentes, gracias a los aumentos de las tasas de interés y la fuerte inversión interna», dijo el semanario económico.
Aunque la encuesta de este año cubre las 173 principales ciudades del mundo, el promedio global se ha calculado excluyendo a Kiev (Ucrania) y Caracas (Venezuela) que continúan, según la revista, en ciclos hiperinflacionarios.
«Los bancos centrales de gran parte de América Latina estuvieron entre los primeros en seguir los aumentos de las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos para respaldar sus monedas. Como resultado, el peso mexicano y el colón costarricense se fortalecieron”, explicó The Economist.
La ciudad más barata de Latinoamérica es Buenos Aires, pese a que las autoridades estiman que la inflación acabará en 2023 en el 180% anual.
Una persona que tiene dólares en la capital argentina puede conseguir muchos más pesos al cambio que hace un año, por la devaluación sufrida por el peso. Por eso, pese a que la población de la capital sufre intensamente un ciclo de inflación, su comparación con el dólar la hace asequible.