Aunque el amor “es el sentimiento hacia otra persona nos atrae y da energía para convivir” cada vez hay más parejas que deciden vivir en casas o en espacios separados, buscando preservar la intimidad personal sin menoscabar lo que se «construyó» entre ambos.
«En estos casos, amar al otro va más allá de convivir, ya que el proyecto se forja por medio de otros aspectos como la comunicación y el respeto por la individualidad, entre otros», explicó una nota de Infobae.
La psicóloga y escritora Beatriz Goldberg, especialista en crisis individuales y de pareja, apuntó que deciden no convivir porque buscan el placer de volver a elegirse. Es decir que no están juntos como una parte de la casa que no se puede modificar, sino que eligen cuándo ver al otro o cuándo dormir juntos, por ejemplo. Lo sienten como algo más cómodo y libre, e incluso más romántico.
Para Goldberg, lo importante es que la decisión “se tome en conjunto, ya que todos los acuerdos y los contratos entre dos deben ser bilaterales. Hay que evitar que uno solo desee no convivir y que el otro diga que sí solo para no perder la relación”.
El psicólogo Sebastián Saravia le dijo a Infobae que antes la convivencia era el paso obligado y sostenía a la pareja, la enmarcaba. Pero hace varios años esta tendencia fue cambiando.
“Hoy una pareja puede decidir no convivir ya que no lo necesita como punto de partida ni de llegada -completó Saravia-. La convivencia no confirma que haya o no pareja; no da más o menos valor a esas personas que se eligen. Porque ahí está la cuestión: hoy es importante elegirse y respetarse, no necesariamente convivir. Uno de los beneficios que más se relata en quienes están en pareja y deciden no convivir es el respeto por la intimidad del otro, pero sobre todo de la propia”.
Muchas parejas sienten que la convivencia mata al amor y apuntan a esta filosofía. En otros noviazgos, en cambio, hay una decisión explícita de convivir y levantarse a la mañana con el otro, aunque no sea romántico después de muchos años.
Además, si los dos tienen hijos de parejas distintas y están separados, puede que no quieran perder la individualidad con sus hijos y buscan tener con su pareja solo el fin de semana libre, un viaje o una salida. Es decir, verse en momentos puntuales y no convivir”, dijo.
Cada pareja es un mundo, y lo importante es que estos acuerdos sean el resultado de una búsqueda conjunta en pos de las individualidades y también de la pareja como un tercer orden.
