La historia de la australiana Victoria Curthoys parece sacada de una película de terror de bajo presupuesto: viajó a Tailandia y contrató un spa para hacerse su tratamiento de pedicura con peces. Luego perdió todos los dedos de un pie.
«En un giro inesperado, lo que prometía ser un relajante tratamiento en un spa durante unas vacaciones en Tailandia se convirtió en una pesadilla para Victoria Curthoys, una administradora de propiedades de 29 años de Perth, Australia», reseñaron los medios de Tailandia.
El tratamiento resultó en una infección peligrosa que se extendió a través de heridas quirúrgicas previas en su pie, llevando a la amputación de sus cinco dedos del pie derecho.
«Inicialmente, Victoria sufrió una infección en su dedo gordo del pie tras pisar vidrio, lo que llevó a los médicos a amputar la mitad de su dedo para detener la infección. Cuatro años más tarde, durante unas vacaciones en Tailandia en 2010, Victoria probó uno de los populares spas de peces donde pequeños peces de agua dulce eliminan la piel muerta de los pies», explicaron los medios asiáticos.
De regreso en casa, los médicos tardaron más de un año en diagnosticar la enfermedad Schwelmenella, una infección ósea que requirió la amputación completa del dedo gordo del pie en diciembre de 2012.
Tras la amputación inicial, la presión al caminar sobre sus dedos más pequeños dejó a Victoria con callosidades y nuevas infecciones, llevando a la amputación de los otros cuatro dedos durante los siguientes cinco años.
El relato de Victoria ilustra un camino lleno de sufrimiento debido a las infecciones recurrentes, pero ahora, tras las amputaciones, asegura que su pie está más saludable y puede soportar presión nuevamente.
La odisea de Victoria no solo fue física sino también emocional. El impacto psicológico de perder parte de su pie fue un desafío al principio, pero finalmente, Victoria ha aprendido a aceptar su nueva realidad y está agradecida por recuperar parte de su movilidad y comodidad.