Miles de usuarios sin luz, calles cortadas, árboles caídos por todos lados y trenes suspendidos son las múltiples consecuencias del fuerte temporal que azotó este fin de semana a la Provincia y a la Ciudad de Buenos Aires, donde aún caen tormentas aisladas.
El gobierno de la provincia de Buenos Aires decretó este lunes el «estado de emergencia en todo el territorio provincial y duelo para las próximas 72 horas».
Tras el arrasador temporal que dejó, hasta el momento, 15 muertos, todavía quedan cientos de calles anegadas en todo la provincia de Buenos Aires y 130 mil usuarios sin luz en la zona del AMBA.
«Fue una verdadera catástrofe climática: venimos de un tiempo de mucha sequía y ahora esta tormenta. Es imposible negar el cambio climático. Por suerte, estos cuatro año hicimos muchas inversiones vinculadas a defensa civil, a helicópteros para atender catástrofes y estamos muy equipados», evaluó el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, en declaraciones a radio 10.
El sábado comenzó la tormenta a las 7 de la tarde en Bahía Blanca, donde fallecieron 13 personas, con un «fenómeno muy extremo que parece un tornado, con ráfagas de 150 kilómetros por hora».
En la Ciudad, más de 800 personas trabajan para remover árboles, liberar calles y reparar daños. Se recibieron más de 5.000 reclamos de árboles caídos o a punto de caer, cables caídos, cortados o colgando, ramas caídas, marquesinas o carteles rotos, entre otras situaciones.
El vocero presidencial Manuel Adorni precisó este lunes en conferencia de prensa que el Gobierno enviará a Bahía Blanca cinco equipos con 37.000 litros de combustible para abastecer los generadores que requieran combustible adicional.
