Las Hermanas del Valle son un grupo de mujeres activistas, sin afiliaciones religiosas, que operan en una ubicación «secreta» en el centro de México, ataviadas con trajes de monjas, ellas cultivan, procesan y fuman marihuana.
Este grupo internacional fue fundado en el año 2014 para promover los poderes curativos del cannabis, reseñó el diario El País.
Los disfraces sirven para llamar la atención del público y romper el estigma de que la planta va en contra de los ideales de la Iglesia católica, muy arraigada en el país, explicó el artículo. «La imagen de una monja fumando cannabis es otro acto de rebelión» opinó el autor.
Las «Hermanas del Valle» también están presentes en Estados Unidos, donde más de veinte estados han legalizado el uso recreativo de la marihuana. Según Reuters, las hermanas estadounidenses ganaron alrededor de 500.000 dólares en 2022 con la venta de extractos, aceites y ungüentos de la hierva.
No es un dato menor que las hermanas cultivan y preparan el cannabis para el consumo en un lugar secreto, para evitar la amenaza de los narcotraficantes y el chantaje de las autoridades locales. Reiteran que uno de sus mayores objetivos es debilitar el narcotráfico mediante la legalización, reduciendo la violencia que la guerra contra las drogas ha traído a México.
«La Hermandad se encuentra en un contexto totalmente diferente aquí en México, por lo religioso que es el país y por los vínculos de la planta con los cárteles», dijo a Reuters un miembro del grupo, identificado sólo como «Hermana Bernadet». Homeópata de profesión, suele recetar cannabis a pacientes con cáncer, dolores corporales e insomnio.
Las hermanas se inspiran en un movimiento espiritual medieval llamado las Beguinas. Compuestas íntegramente por mujeres solteras, las beguinas se dedicaban a la espiritualidad, la escolarización y la caridad, sin hacer, sin embargo, votos religiosos como las monjas católicas.