Un proyecto de ley de la Cámara de Representantes de Massachusetts propuso una reducción de condena de entre 60 y 365 días a cambio de que los presos donen un riñón, una parte del hígado o una extracción de médula ósea.
La iniciativa impulsada por los legisladores demócratas ha tenido varios obstáculos en su camino, entre ellos a los activistas de derechos humanos y la red nacional de trasplantes de EEUU, que resaltan los peligros de esta propuesta.
«Promover la donación de órganos es bueno. Reducir las penas de prisión excesivas también es bueno. Juntar ambas es perverso», dijo Kevin Ring, presidente de Familias Contra Sentencias Mínimas Obligatorias.
El proyecto de ley también podría entrar en conflicto con la ley federal, la cual prohíbe la compra o venta de órganos humanos o intercambiarlos por una «contraprestación valiosa».
Sin embargo, aún está por ver la respuesta de los más de 6.000 reclusos que ocupan las cáceles en Massachussets.
Sin embargo ya existe un precedente negativo, ya que fue descartado por ley la donación de órganos procedentes de los presos ejecutados en los estados que aún aplican la pena capital.
Por otra parte, los legisladores de Carolina del Sur abordaron una iniciativa similar y apostaron por un programa voluntario de donación de órganos y tejidos pero sin contraprestación.
Más allá de eso, la iniciativa del estado intenta seducir a aquellos presos que quieren reducir sus condenas, y que puede servir como un plan piloto para ser aplicado en el resto del país.
Hay más de 4.600 personas en Massachusetts y casi 106.000 en Estados Unidos en espera de un trasplante de órganos, según los datos recopilados por Organ Procurement and Transplantation Network.