Este lunes el papa Francisco pidió la prohibición universal de la gestación subrogada, que considera una práctica deplorable ya que «ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño».
En el tradicional discurso ante el cuerpo diplomático en la Santa Sede, el papa aseguró que un hijo «siempre es un don y nunca el objeto de un contrato».
En su discurso el pontífice repasó los acontecimientos que amenazan la seguridad mundial y la dignidad humana y resaltó que el camino hacia la paz implica el respeto a la vida, incluyendo la de un niño no nacido en el seno materno, «que no puede ser suprimida ni convertirse en un producto».
El papa hizo un llamado a la comunidad internacional a que se comprometa a prohibir universalmente esta práctica, y agregó que en cada momento de su existencia la vida humana debe ser preservada y tutelada.
Esa no es la primera oportunidad que el papa argentino se manifiesta en contra de la maternidad subrogada, ya que anteriormente la había calificado como una practica «inhumana».
La gestación subrogada o vientre de alquiler, es un método de reproducción asistida caracterizado porque la mujer que gesta al bebé no será finalmente la madre del mismo.
Esta técnica es utilizada por las parejas homosexuales que desean tener un hijo, pese a que recientemente el Vaticano le dio luz verde a que las parejas del mismo sexo puedan bautizar a sus hijos nacidos por esta vía, con la condición de que exista «la fundada esperanza que será educado en la religión católica».
Con respecto al tema, el papa sostiene que la «teoría de género es extremadamente peligrosa» porque es un ejemplo de las colonizaciones ideológicas que provocan «heridas y divisiones entre los Estados, en lugar de favorecer a la construcción de la paz».
