Kyle Walker, el jugador del Manchester City que atraviesa un escándalo tras salir a la luz que le fue infiel a su esposa y que tenía una familia paralela con su amante, dio la cara, pidió perdón y aseguró «tomé lecciones y decisiones estúpidas».
La vida privada de Walker, que ya había protagonizado varios escándalos de infidelidades, prostitución y exposición indecente a los largo de su carrera, se convirtió en noticia de primera plana después de que su esposa, Annie Kilner, anunciara su separación del defensa internacional con Inglaterra después de enterarse de que había tenido un segundo hijo con su amante, Lauryn Goodman, publicó la prensa deportiva.
La esposa de Walker lo obligó a irse de casa según reconoció en una entrevista a The Sun. «No puedo empezar a pensar o imaginar por lo que está pasando Annie. Intenté preguntarle pero hay dolor. El hombre que debería amarla, cuidarla y estar ahí para ella le hizo esto. Mis acciones han causado mucho dolor a mucha gente. Lo siento porque, como familia, esto no debe suceder», explicó.
El futbolista de 33 años admitió que fue egoísta al no contarle a su esposa Annie Kilner, que estaba embarazada, el nacimiento de su segundo hijo secreto: «Fue una muerte lenta para mí y para Annie».
Kyle Walker develó que estuvo a un paso de fichar con el Bayern de Múnich, con el que había llegado a un acuerdo verbal a cambio de 17,5 millones, para dejar Gran Bretaña y «escapar» para evitar en la medida de lo posible todo el escándalo sentimental que estalló y vendió la prensa rosa.
