Un hombre de 33 años, oriundo de Pensilvania, Estados Unidos (EEUU) decapitó a su propio padre, compartiendo la macabra escena a través de un video publicado en YouTube.
Este perturbador video, con una duración de aproximadamente 14 minutos, estuvo disponible en línea durante unas seis horas. Fue necesario el esfuerzo conjunto de los usuarios y las autoridades de Pensilvania para denunciar y eliminar el contenido. En el video, el perpetrador instigaba a una revolución en contra del «régimen» del presidente Joe Biden.
La noche del horror y la captura del criminal
El episodio salió a la luz en la noche del martes, extendiéndose su viralización en las primeras horas del miércoles. El responsable, detenido por las fuerzas de seguridad, es Justin Mohn, de 33 años, quien habría cometido el homicidio de su padre, Mike Mohn, de 60 años, mediante la decapitación.
La policía acudió a la residencia de Mike tras recibir una llamada sobre un incidente en el hogar, por parte de los vecinos. Al ingresar, los agentes se encontraron con los restos del hombre decapitado en un baño. Con conocimiento previo del video de YouTube, se emprendió la búsqueda del hijo del fallecido, localizándolo a dos horas de distancia.
Detalles del perturbador video
El video publicado por Justin en YouTube, titulado «Milicia de Mohn – Llamada a las Armas para los Patriotas Estadounidenses», apareció alrededor de las 5:30 del martes. En las imágenes, el hijo del fallecido parece leer un manifiesto frente a su computador en lo que parece ser un dormitorio.
Un relato cargado de odio
Mohn se autoproclama comandante de una red de milicias estadounidenses, y expresa su odio hacia inmigrantes, la administración Biden, la comunidad Lbgtq, Black Lives Matter y las «turbas de extrema izquierda».
Su llamado a la masacre y ejecución pública incluye a agentes del FBI, empleados del IRS, alguaciles estadounidenses, jueces federales y agentes de control fronterizo, a quienes acusa de «traicionar a su país».
En su narrativa, revela que su padre fue un empleado federal que sirvió por más de dos décadas. Sin embargo, lo califica como un «traidor» que, tras su muerte, «reposa en el infierno».
Fue en este momento que, sin titubear, exhibió de manera explícita la cabeza decapitada de su progenitor, envuelta en una bolsa de plástico transparente, manchada de sangre. La retórica violenta y llena de odio continuó sin pausa.
Este trágico suceso pone de manifiesto la necesidad de abordar de manera urgente las tensiones sociales y los peligrosos extremismos que pueden manifestarse de manera tan brutal.