Después de las turbulencias de los últimos años, la economía global se encamina a un «aterrizaje suave» con más crecimiento del esperado (3,1%) y menos inflación este año, pronosticó este martes el FMI, que predice una recesión en Argentina.
En su actualización de las Perspectivas de la Economía Mundial, la institución financiera aumentó la previsión de crecimiento global para 2024, que pasa del 2,9% anticipado en octubre a 3,1%. Para 2025 se mantiene invariable en 3,2%.
Esta expansión se debe «a una resistencia mayor de lo esperado en Estados Unidos y varias grandes economías de mercado emergentes y en desarrollo», y a China, afirma el Fondo.
La economía de Estados Unidos, que parece haber espantado los temores de recesión, crecerá 2,1%, 0,6 puntos porcentuales (pp) más que lo previsto en octubre, una buena noticia para el presidente demócrata Joe Biden, quien se presenta a su reelección en noviembre.
La zona euro
Pero el Fondo espera de todos modos «una desaceleración del crecimiento» en el país debido a las consecuencias de las altas tasas de interés para combatir la inflación, declaró el economista jefe del organismo, Pierre-Olivier Gourinchas, en rueda de prensa en Johannesburgo.
La mejoría en las previsiones también se aprecia en China (4,6% en vez de 4,2%), pese a un clima económico complicado y al riesgo de deflación, en India (6,5%), México (2,7%, +0,6 pp), Brasil (1,7%, +0,2 pp) y Rusia (2,6%).
El crecimiento estará, de todos modos, por debajo de la tendencia observada entre 2000 y 2019, cuando la media era de 3,8% anual.
La zona euro crecerá solo 0,9%, debido a la baja expansión de Alemania (0,5%, -0,4 pp), aunque España parece resistir (+1,5%, -0,2 pp).
«La zona del euro ha sufrido un shock significativamente más fuerte que Estados Unidos, al estar directamente expuesta a la invasión rusa de Ucrania y, en particular, a la subida de los precios del petróleo», subrayó Gourinchas.
Según el funcionario, «la economía mundial sigue dando muestras de una notable resistencia, con una inflación en constante descenso y crecimiento», de modo que «aumentaron las posibilidades de un aterrizaje suave», lo que equivale a una bajada del índice de precios al consumo sin provocar recesión.
De +2,8% a -2,8%
Argentina, la tercera economía de América Latina, continuará con la tendencia recesiva del año pasado, tras una recuperación récord poscovid con dos años consecutivos de crecimiento (10,3% en 2021 y 5,4% en 2022), un hecho sin precedentes en 12 años.
Los nubarrones persisten en medio de la vorágine reformista del presidente ultraliberal Javier Milei, que en menos de dos meses en el poder devaluó el peso un 50%, una de las principales medidas recomendadas por el FMI, organismo con el que el país debe saldar un préstamo de 44.000 millones de dólares.
El gobierno también emitió un megadecreto para liberalizar los precios de la economía, comenzando por los de los combustibles, pero es consciente de que las reformas conllevan un periodo de «estanflación», según Milei, es decir una combinación de estancamiento con alta inflación.
Lo cierto es que el pronóstico es mucho peor de lo esperado.
En octubre la institución financiera internacional preveía que la economía argentina crecería 2,8% en 2024, pero ahora da por hecho que el PIB se contraerá 2,8%.
«Es un ajuste a la baja muy importante (…) pero el crecimiento se reanudará en 2025 en torno al 5%», afirma Gourinchas.
Inflación desigual
La contracción en Argentina se produce «en el contexto de un importante ajuste político para restablecer la estabilidad macroeconómica», señala el FMI.
La recesión en Argentina empuja a la baja la media regional de crecimiento para América Latina y el Caribe, a 1,9% en 2024 (0,4 pp menos que en octubre).
A nivel global la lucha contra la inflación parece dar resultado, aunque de forma dispar: bajará a 2,6% este año (0,4 pp menos) en los países ricos, pero seguirá siendo alta en el resto del mundo, con un promedio de 8,1% (0,3 pp más) «principalmente por Argentina», que influye en la media de las economías emergentes y en desarrollo.
Según Gourinchas, la inflación en Argentina será de 150% este año, tras alcanzar 211% en 2023.
El riesgo de una desaceleración brusca del crecimiento parece alejarse, pero el FMI ve peligros al acecho, como una subida de los precios de las materias primas por problemas geopolíticos, como los continuos ataques de los rebeldes hutíes contra buques en el mar Rojo, o una subida de las tasas de interés, o un deterioro del sector inmobiliario en China.