En la ciudad de La Plata, Argentina, delincuentes robaron una piscina de siete metros de largo, hecha de fibra de vidrio y valorada en unos 2000 dólares. Tras la denuncia, la Policía levantó un dron de vigilancia y la encontró a diez cuadras del lugar donde fue sustraída.
El líder del robo fue identificado como Edgardo González, un conocido delincuente de la zona quien ahora está prófugo por el robo de la piscina.
«La vecina instaló en el patio de su propiedad y comenzó a llenarla con agua. El nivel llegó a la mitad cuando, misteriosamente, la pileta desapareció. La víctima explicó que realizó la denuncia en la comisaría», publicaron los medios locales.
Los uniformados, con orden judicial en mano, allanaron el sitio. Al acercarse a la pileta notaron que ya habían comenzado a llenarla. La vaciaron y la revisaron. Encontraron las particularidades señaladas por la dueña quien, además, la reconoció como propia. En consecuencia, el magistrado a cargo ordenó su secuestro.
Al allanar el sector, el culpable no estaba. Sin embargo, pudieron comprobar que el sujeto contaba con varias causas por robo.
