La búsqueda de una vida más larga y saludable ha ganado prominencia en la sociedad actual. Mientras algunos aspiran a alcanzar cifras récord como la de Jeanne Calment, la «mujer más anciana de la historia», otros se preguntan: ¿Por qué no?
La esperanza de vida máxima es la estimación promedio de años que una persona puede vivir desde su nacimiento. Por otro lado, la longevidad va más allá, describiendo la capacidad de vivir mucho más allá de la edad promedio de muerte de una especie. Ahora, emerge un nuevo concepto: Health Span, que se centra en la esperanza de vida saludable.
«Vivir hasta los 100 años es fantástico», afirma Tim Peterson, CEO de Healthspan Technologies, una startup enfocada en el envejecimiento saludable. Sin embargo, ¿es tan fantástico si los últimos 30 años se viven con mala salud? Este dilema impulsa una nueva perspectiva sobre la longevidad.
Brecha entre la esperanza de vida y la salud: un desafío global
Según la Organización Mundial de la Salud en 2019, la esperanza de vida mundial alcanzó los 73,4 años, mientras que el Health Span se rezagó con 63,7 años. Cerrar esta brecha se ha convertido en un objetivo crucial, transformando la forma en que concebimos la longevidad tanto en la ciencia como en la sociedad.
El Dr. José María Bonorino, cardiólogo universitario y especialista en geriatría, define Health Span como el período en el que vivimos con buena salud, sin enfermedades que afecten la calidad de vida. En contraste, el Life Span es simplemente la suma total de años vividos, independientemente de la calidad de vida.
Silvina Tocchetti, licenciada en Medicina Nutricional y especialista en Medicina Funcional, subraya que Health Span significa la duración de la salud, el tiempo en el que podemos contar con nuestro bienestar pleno.
Desafiando el status quo de la salud: una reflexión crítica
Más del 70% a 80% de las dolencias a nivel mundial están vinculadas a desórdenes crónicos, muchos de los cuales están relacionados con el estilo de vida. La experta destaca la necesidad de aspirar a más que una salud media y buscar sentirse fantásticamente bien, con energía óptima y prolongar ese estado.
La Dra. Lorena Inés Claus, especialista en Ginecología Regenerativa y Estética, enfatiza la importancia de comprender las causas subyacentes de las enfermedades. Señala la existencia de una «inflamación mínima persistente» que se desarrolla silenciosamente con los años, conduciendo a enfermedades comunes que a menudo se consideran normales.
Tendencias actuales: priorizando la calidad de vida
La longevidad ya no es el único objetivo; la salud vital y el envejecimiento saludable se han convertido en metas primordiales. La estrategia no es simplemente añadir más años a la vida, sino agregar más vida a esos años. El enfoque se centra en prevenir globalmente, fomentando hábitos y estilos de vida que desaceleren el envejecimiento.
Hábitos para un envejecimiento saludable
El Dr. Bonorino y la Lic. Tocchetti destacan la importancia de los hábitos de vida. Desde una dieta mediterránea hasta mantenerse socialmente activo, estos hábitos son la base de poblaciones con longevidad y envejecimiento saludable.
Además, a medida que se avanza, la ciencia ofrece nuevos recursos, desde dispositivos wearables hasta terapias destinadas a contrarrestar el envejecimiento. Sin embargo, el cambio de mentalidad es el primer paso para diseñar un futuro saludable y vital.
Conclusión: construyendo una vida saludable
En última instancia, tanto el Dr. Bonorino como la Lic. Tocchetti coinciden en que el momento óptimo para cambiar positivamente el estilo de vida es hoy. Al adoptar hábitos gradualmente y mantener una mente activa, se puede aspirar a una vida prolongada y saludable.
La salud y el cuerpo son construcciones propias, y elegir vivir de una manera saludable es el camino para un envejecimiento pleno y activo.
