Una pareja canadiense sometió a una circuncisión a su hijo y como el procedimiento salió mal, por indicaciones del médico decidieron hacerle una reasignación de sexo. La terrible historia que comenzó en 1967 culminó treinta años después con el suicidio del paciente.
«La pareja llevó a sus hijos al médico para realizar una circuncisión, el primero en someterse a la cirugía fue Bruce Reimer. El procedimiento de este bebé salió terriblemente mal, ya que el médico utilizó una aguja de electrocauterio en lugar de una cuchilla y quemó irreparablemente los genitales del bebé», publicó El Tiempo de Colombia
De inmediato, los padres decidieron que Brian no fuera sometido a la misma cirugía -eran gemelos- por lo que regresaron a casa y meses después su fimosis se curó naturalmente.
Preocupados por la alteración en los genitales de su hijo, los Reimer acudieron a un sexólogo, quien sugirió hacer una reasignación de sexo y que fuera criado como una niña. Tras seguir el consejo médico, cambiaron su nombre de nacimiento de “Bruce” a “Brenda” y comenzaron la crianza como si fuese una mujer.
Como si fuera poco, tras la reaasignación de sexo, la familia comenzó a administrar estrógenos a Brenda, porque según el médico, esto ayudaría a “feminizar” su cuerpo.
«Los padres acudían cada año al hospital para que se pudiera monitorear el crecimiento de Brian y Brenda como niño y niña. En 1975, cuando los gemelos cumplieron nueve años, se publicó su estudio en un libro llamado Sexual Signatures donde se describió la transición forzada de Reimer a Brenda como un éxito: La niña ya prefería los vestidos a los pantalones, disfrutaba con cintas en el pelo, brazaletes y blusas con volantes”.
Según detalla esta horrible historia, los gemelos alcanzaron la pubertad a los 13 años, pero las cosas no salieron tan bien para la adolescente: “Pude ver que Brenda no era feliz como niña”, recordó Janet, su madre. “Era muy rebelde. Era muy masculina y no lograba persuadirla de que hiciera algo femenino. Brenda casi no tuvo amigos durante su infancia. Todos se burlaban de ella y la llamaban la mujer cavernícola”, puntualizó.
Al ver que su hija no estaba cómoda, los padres decidieron decirle la verdad: había nacido niño. Semanas después, Brenda eligió llamarse David. Fue sometido a cirugía reconstructiva y eventualmente se casó. Aunque no pudo tener hijos biológicos, fue el feliz padrastro de los tres hijos de su esposa.
Luego de enterarse que habían sido presentados como un caso de éxito científico y que sus vidas habían sido plasmadas en un libro, los gemelos tomaron fatales decisiones.
Cuando David alcanzó los 30 años, enfrentó una profunda crisis de depresión que trajo consigo la pérdida de su empleo y la separación de su esposa. En el año 2002, sufrió la trágica pérdida de su hermano debido a una sobredosis.
Dos años después, cuando tenía 38 años, la policía informó a los padres, que David se había suicidado.