La película de Chuky, el muñeco maldito creado por Don Mancini en 1988 con el film Child’s Play, fue inspirada en la leyenda de un niño llamado Robert Eugene “Gene” Otto que vivía con sus padres en Key West, Florida, en Estados Unidos y que recibió un particular regalo por parte de una criada.
Se trataba de un muñeco vestido de marinero de 90 centímetros de altura, relleno de paja, que abrazaba a un león de peluche.
Según un relato de La Nación, el juguete fue bautizado con el mismo nombre que su dueño, Robert. Pero la familia desconocía que el personal doméstico, originario de Bahamas, practicaba magia negra y vudú y que el muñeco había sido “hechizado”.
En los primeros días de convivencia con el marinero, los padres de Gene lo escuchaban hablar solo en su habitación. El niño les dijo que dialogaba con el muñeco durante gran parte del día, lo que los preocupó porque empezaron a suceder extraños acontecimientos en la casa. Cuando la familia Otto salía del hogar, los vecinos atestiguaban que Robert se asomaba por las ventanas de la vivienda.
Al corto tiempo, Gene empezó a tener aterradoras pesadillas que tenían como protagonista al juguete que se movía solo, se reía de forma macabra y deambulaba por la noche.
Una noche, mientras la familia dormía, se escuchó un estruendo en la habitación de Gene. Los padres, alarmados, corrieron hasta el cuarto y se encontraron una espantosa escena. Los grandes y pesados muebles estaban tirados en el suelo y el muñeco yacía en los pies de la cama del niño mirando a la puerta con una sonrisa macabra en su rostro.
”¿Qué hiciste?”, le preguntaron al niño.
“Yo no fui, fue Robert”, respondió.
Aterrorizados, los Otto tomaron al marinero y lo arrojaron al ático.
El niño jamás reveló qué había ocurrido realmente esa noche. Los años pasaron y Gene se fue olvidando de su juguete, que empezó a juntar polvo en el ático.
La resurrección
Gene creció y viajó a Nueva York y París, donde estudió arte. En mayo de 1930 se casó en la capital francesa con una joven llamada Annette Parker. Al tiempo, sus padres fallecieron y heredó la residencia.
La pareja volvió a Key West y emprendió la remodelación del lugar. En particular, Gene quería despejar el ático, el ambiente de la casa que había elegido para desarrollar su arte.
Gene se reencontró a su antiguo compañero. Como si el tiempo no hubiese transcurrido, se encendió la chispa del vínculo forjado durante la niñez. Y, con esto, volvieron los sucesos sobrenaturales.
Su esposa afirmó que el clima de la casa se tornó extraño y ominoso y describió que el muñeco cambiaba las expresiones de su rostro.
La historia se repetía. A las pocas semanas, Gene y su esposa dejaron de recibir visitas porque ya nadie se animaba a ingresar a la vivienda por temor a encontrarse con el muñeco. Cansado de los extraños acontecimientos y del miedo con el que vivía su amada, Robert decidió enviar nuevamente al ático al muñeco. No obstante, las personas que visitaron la casa, aseguraron oír pasos y movimientos en lo alto de la edificación.
Robert Otto falleció en el año 1974 y su esposa se deshizo de la casa en la que vivió durante tres décadas, con el muñeco dentro.
Una nueva familia
Tras el fallecimiento de Gene, la vivienda de Eaton Street fue vendida a Myrtle Reuter, que fue su propietaria por 20 años.
El matrimonio llegó al hogar con una hija de 10 años que, a los pocos días, inspeccionando el nuevo sitio, encontró al extraño juguete abandonado en el ático. Sin dudarlo se lo apropió y lo guardó junto a sus otros muñecos.
Al igual que sucedió con Gene, la niña empezó a tener pesadillas pero, a diferencia de su antecesor, ella se despertaba desesperada acusando al muñeco de tratar de asesinarla. Myrtle sabía que tenía que deshacerse de Robert, así que decidió donarlo al museo Martello Gallery-Key West Art and Historical en 1994, que es donde se encuentra actualmente.
Los escritos y testimonios sobre su leyenda se sitúan en ese museo, donde perduró con los años entre los trabajadores de la galería. Estos, aseguran que durante el mes de octubre -cuando se celebra Halloween- ocurren insólitos acontecimientos. Algunos dicen incluso que, por las noches, se escuchan golpes contra su vitrina.
Hasta la fecha, el muñeco inspiró la saga cinematográfica de Chucky -que consta de ocho películas- y otros cuatro filmes bajo su propio nombre –Robert, La maldición del muñeco Robert, El juguetero y La venganza del muñeco Robert.
Probablemente vendrán otras, porque ni sus cuidadores ni los fanáticos de lo oculto desconocen que la terrible leyenda de Robert es demasiado grande para su pequeña jaula de cristal.