En el sexo se deben tener los cincos sentidos activados, pero el olfato constituye una de las principales armas de seducción tanto para la mujer como para el hombre.
El sentido del olfato nos brinda la capacidad de contar con un poder de atracción hacia ciertos olores, ya que la información olfativa que llega al cerebro advierte sobre todo lo que nos rodea.
Los olores pueden evocar recuerdos gracias a su conexión con el hipocampo, la estructura nerviosa que se ubica en el lóbulo temporal de nuestro cerebro que está asociado a la memoria.
Por otra parte, el olor corporal genera una atracción sexual inmediata que actúa como una tarjeta que nos invita a acercarnos e iniciar una relación. Es por ello que en este caso nos podemos referir al «olor a sexo» que servirá como un estimulante en ese momento íntimo.
Durante el coito este olor está presente a través del sudor generado por las diferentes partes del cuerpo que contienen feromonas, que son las hormonas sexuales.
En las axilas y en la ingle, por ejemplo, se encuentran las glándulas apócrinas, que son sudoríparas y están distribuidas a lo largo de todo el cuerpo; segregan un líquido para regular la temperatura que genera el olor intenso.
Esta sustancia también está presente en la saliva, el semen y las segreciones vaginales, que se transmiten en el aire y se dispersan por el ambiente.
Por lo tanto, el «olor a sexo» está dado por la secreción corporal de cada persona, brindando un olor particular y personal que nos distingue unos de otros.
Sin embargo, la percepción de los olores es subjetiva y depende de la sensibilidad olfativa de cada persona, aunque sabemos que el olfato tiene un rol fundamental en la atracción y compatibilidad sexual.
Es por ello que el llamado «flechazo» o «amor a primera vista» pudiera estar relacionado al poderoso sentido del olfato y no a un encuentro idílico de dos personas.
De hecho, un estudio de la Universidad de Bremen, Alemania, realizado en hombres y mujeres de 15 a 84 años, determinó que los olores más excitantes son el propio olor corporal sin prefume.
Según el estudio, 76.4% de los participantes dijo que se sienten sexualmente estimulados por ciertos olores y que los más estimulantes son el olor corporal sin perfume con 48%, el olor de pecho con 21% y el olor de axilas con 23%.
Aunque el estudio concluyó que los olores muy fuertes casi siempre resultan molestos y nada atractivos para el sexo.