José (60) y Claudia Aguirre (55) son mexicanos, radicados en Miami, y practican el intercambio de parejas. Ya llevan 20 años inmersos personal y laboralmente en estas experiencias. Ahora tienen una agencia de viajes dedicada a este exclusivo target.
Su agencia de viajes, Luxury Lifestyle Vacations, organiza vacaciones para parejas adultas en todo tipo de destinos: mansiones señoriales, hoteles ultra modernos, paisajes exóticos y ciudades icónicas. Los paquetes pueden ser a través de un crucero o bien arribando directamente al lugar en cuestión, reseñó Clarin.
Algunos de los lugares de estos encuentros han sido Roma, Barcelona, Vietnam, Cancún, Cap d’Agde, Alaska, Mykonos, Río de Janeiro, Estambul y Buenos Aires. Mientras que al principio había hoteles que les cerraban las puertas, hoy la situación es tan distinta que son muchas las cadenas que toman la iniciativa y los buscan para alojar a sus viajeros.
“Todo iba muy bien hasta que pasó el 11 de septiembre. Entonces, empezamos con este mundillo”, rememoró Pepe, tal como todos lo conocen. El hombre explicó que un tiempo antes le había regalado a su esposa una membresía para que fueran juntos a un club swinger de Miami.
Así, ya inmersos en esa comunidad, apostaron al turismo liberal. Urgía cambiar de actividad para pagar las cuentas y debutaron organizando un evento en Cancún para un grupo reducido de personas. De a poco las travesías se fueron multiplicando y hoy son una de las compañías más importantes dentro del turismo swinger de lujo.
“La gente llega por el sexo y la curiosidad, pero se queda por las amistades”, aseguró José. Si bien la mayor parte de este mercado es de Estados Unidos y Canadá, también tienen clientes argentinos, colombianos, venezolanos, brasileños, mexicanos y europeos.
Según Pepe, existen algunos prejuicios que aún persisten alrededor del swingerismo: “Cuando la gente escucha esto piensa que llegan, se quitan la ropa y se ponen a hacer cosas por todos lados. Pero no, éste es un desorden ordenado. Hay un lugar para cada cosa”, aclaró.
Explicó que los viajes más baratos, que rondan los 4.000 dólares, pueden tener una clientela más joven, desde los 30 años. A mayor precio, más edad: los paquetes más costosos (hasta 12.000 dólares) convocan a turistas de entre 40 y 60 años.