El territorio islandés se encuentra en alerta máxima tras la violenta erupción del volcán Grindavík, ubicado en la península de Reykjanes, por lo que las autoridades han declarado un estado de emergencia en la región.
Según Defensa Civil del país, la erupción comenzó después de las 8:00pm hora local del sábado 15 de marzo y es la cuarta que se produce en los últimos tres meses. Los científicos aseguraron este lunes que la erupción parecía amainar, pero que era demasiado pronto para declarar que el peligro había terminado.
El primer ministro de Islandia convocó a una reunión de emergencia del gabinete para coordinar los esfuerzos de respuesta y asegurar la seguridad de la población. Por su parte, la ministra de Justicia declaró que la ciudad nunca recuperará su antiguo semblante y que los residentes no podrán regresar en los próximos meses.
El presidente Gudni Th. Johannesson manifestó en un discurso televisado el domingo por la noche que «ha comenzado un período desalentador de agitación en la península de Reykjanes», donde un sistema volcánico inactivo despertó.
Grindavik, una localidad de poco más de 3.500 habitantes ubicada a unos 50 kilómetros al suroeste de la capital, Reykjavik, fue evacuada previamente en noviembre cuando el sistema volcánico Svartsengi se activó después de muchos años, generando una serie de terremotos que crearon grandes fisuras en la tierra.
El volcán finalmente entró en erupción el 18 de diciembre, con lava fluyendo lejos de Grindavik. Esta es la séptima erupción desde 2021 y los científicos creen que el área está entrando en una nueva era volcánica, que podría durar décadas o incluso siglos.