El parlamento francés aprobó un proyecto de ley que busca sancionar a los productos de moda «ultrarrápida», como la marca Shein, para ayudar a compensar su impacto medioambiental.
«Jamás tantas prendas nuevas han sido puestas en el mercado» reza la exposición de motivos de la ley
El proyecto presentado en la Cámara Baja, aprobado por unanimidad, prevé aumentar gradualmente las sanciones hasta US$10 por prenda individual hasta el 2030 y prohibir la publicidad de este tipo de productos.
«Esta evolución del sector de la confección hacia una moda efímera, que combina mayores volúmenes y precios bajos, está influyendo en los hábitos de compra de los consumidores al crear impulsos de compra y una necesidad constante de renovación, lo que no deja de tener consecuencias medioambientales, sociales y económicas», señala el proyecto de ley.
La alta demanda de las cadenas de suministro ultraflexibles, como Shein y Temu, han perturbado el sector minorista, mientras que las conocidas empresas establecidas como Zara y H&M siguen dependiendo de las preferencias de los consumidores.
En tal sentido, Shein respondió a Reuters que la ropa que produce satisface una demanda existente, lo que permite que su tasa de prendas no vendidas se mantenga constantemente en un dígito bajo, mientras que el de las otras marcas sea de un 40%.
«Esta propuesta de ley no mide objetivamente la huella ambiental de nuestra industria de manera relevante: el número de artículos no vendidos sería un indicador mucho mejor del impacto ambiental de los minoristas» afirmó la empresa.
A su vez, señalaron que el único impacto de la ley será el de «empeorar el poder adquisitivo de los consumidores franceses, en un momento en el que ya están sintiendo el impacto de la crisis del costo de vida».
Por su parte, el ministro de Medio Ambiente de Francia, Christophe Béchu, calificó el proyecto como un «gran paso adelante» para reducir la huella ambiental del sector textil.
La industria de la moda es una de las más contaminantes del mundo, y representa entre el 3% y el 5% de las emisiones globales de carbono, según el informe State of Fashion de la consultora McKinsey.
