El síndrome del impostor es muy común entre personas muy comprometidas por el cumplimiento de logros en las empresa o en su vida, pero sienten que nunca es suficiente el esfuerzo que realizan.
A eso se suma que estas personas tienden a tener baja autoestima y sentirse desanimadas aunque lo suelen ocultar fácilmente y tienden a normalizar este comportamiento.
Desde 1978 las psicólogas Pauline Rose Clance y Suzanne Imes describieron este fenómeno como una conducta aprendida y no como una patología ni una condición mental.
Para la psicóloga Mar Martínez Ricart, este síndrome se da cuando «tu identidad real y la identidad que tienes identificada en tu cabeza no cuadran y sientes que eres mucho peor de lo que realmente eres».
Esta conducta lleva a no reconocer lo que somos capaces de conseguir o no sentirnos dignas de haber conseguido lo que ya tenemos, afirmó la doctora en Psicología del Colegio de la Psicología de Madrid, Isabel Aranda.
Las personas que padecen este síndrome, para compensarlo suelen sobresforzarse en el trabajo, lo que termina generando consecuencias nocivas para la salud, como ansiedad o depresión.
Aunque este síndrome lo puede padecer todo el mundo, las mujeres son las más vulnerables por la falta de referentes femeninos, los prejuicios de género en el trabajo y la educación recibida.
Las especialistas recomiendan que en caso de sentir que la situación nos sobrepasa, tratemos de buscar ayuda de expertos para detener su avance y mejorar nuestra autoestima.
Estos son los seis consejos para superar el síndrome del impostor y mejorar la autoestima
1.Reconocer el problema
Esta técnica usada en distintas terapias es vital para buscar las posibles soluciones. La identificación del problema siempre es el primer paso para su solución.
Hay que tener en cuenta qué nos decimos y cómo lo decimos para saber si nos estamos dando el valor que merecemos.
«Tratar de encontrar la causa puede ayudarnos a colocarnos mejor frente al problema y ver si se nos está yendo de las manos», apuntó Dolors Liria.
2.«Mirar la hemeroteca»
Mirar el retrovisor para revisar lo que hemos vivido puede ser de gran ayuda si estamos atravesando un momento de angustia, porque podemos buscar en el archivo de recuerdos como pudimos salir de una situación parecida.
«Posiblemente hemos sentido lo mismo, pero casi seguro que la mayoría de las veces hemos podido salir adelante», dijo Dolors Liria, psicoterapeuta y vicedecana en el Colegio Oficial de Psicología de Cataluña.
Esta técnica también es llamada «el árbol de los logros» y sirve para que cuando se nos olviden estos, podamos reconectar con esa parte nuestra.
3.Celebrar cada logro
Algunas personas cuando obtienen un logro importante no dejan espacio para celebrarlo como una forma de reconocer el esfuerzo que implicó haber alcanzado el objetivo.
«Porque detrás hay un precio, un esfuerzo. Y se necesita dar espacio para vivirlo, agradecerlo y, por supuesto, disfrutarlo. Si no, es como si no existiera», afirmó Ricart.
La especialista detalla la importancia de trabajar el merecimiento independientemente de nuestro trabajo. Ricart sostiene que tenemos valor por el simple hecho de existir, y solo por eso debes recordarte que eres una persona valiosa hagas el trabajo que hagas.
La psicóloga sostiene que puede ayudar encontrar y repetirse una frase para conectar con esta sensación de merecer, de poder, de sentirse poderoso.
4.Cómo te ven otras personas
Muchas veces lo que piensas de ti mismo es muy distante a lo que en verdad piensan los demás de ti, por lo que puede ser de ayuda verse a uno mismo a través de los ojos de los demás.
La psicóloga recomienda no solo preguntar, sino hacer un listado de los reconocimientos que los demás dicen ti. «Apunta cuando te elogian. No olvides lo que se dice de tu trabajo».
Si tenemos dudas, en vez de quedarnos esperando, pidamos a nuestros responsables que nos den comentarios al respecto si no estamos seguros de estar haciendo bien el trabajo o si necesitas que alguien te lo ratifique.
5.Ajustas las expectativas
En toda relación hay siempre expectativas y esto ocurre naturalmente en una relación laboral, ambas partes esperan algo.
Pero si tienes activado el síndrome del impostor, es posible que tus expectativas no traten sobre las expectativas de tus tareas sino sobre las que te exiges.
Liria propone que hagamos ejercicios a ver si estamos poniendo una expectativa muy alta, no realista. Por ejemplo, exigirte hacer un maratón dentro de cuatro meses cuando apenas empiezas a entrenar, no es realista.
6.Autocuidado y compasión
El autocuidado es vital para tener más consciencia de qué nos pasa e ir aprendiendo a regularnos. En estos casos el deporte puede ayudar ya que funciona como un autoregulador emocional importantísimo, pero no hace falta ir al gimnasio, puede ser cualquier cosa que implique ejercicio, como caminar o bailar.
«Qué estrategias nos sirven para relajarnos y bajar la intensidad de lo que estamos sintiendo y desde ahí ver las cosas de otra manera. Puede ser deporte, mindfulness, cantar, bailar, hablar con alguien de confianza», explicó Ricart.
También es importante desconectar el trabajo y conectar con otras cosas, como la familia o las amistades, por lo que sugieren tener una red social presencial que nos brinde apoyo y mejora nuestra autoestima.
Finalmente, es importante desarrollar la mirada compasiva, mirarnos con cariño, hacer una reestructuración cognitiva con los pensamientos críticos que te dice tu impostor.