El Servicio Geológico de Estados Unidos informó que un terremoto de magnitud 7.3 recorrió una profundidad de 33 kilómetros sobre las islas de Kermadec, un archipiélago en Nueva Zelanda.
Las autoridades detallaron que, hasta el momento, no existen victimas o daños estructurales a gran escala pero mantienen la alerta en la población en caso de alguna réplica del fenómeno.
Por su parte, el Servicio de Alertas de Tsunami del Pacífico advirtió la posibilidad de “olas peligrosas de tsunami” a 300 kilómetros del epicentro del terremoto.
Las localidades más cercanas al epicentro son Hicks Baya y la ciudad de Whangarei, donde existe población activa; en el caso de las islas de Kermadec se encuentran despobladas y lo más cercano es la base instalada en la isla de Raoul, que cuenta con una estación meteorológica y de radio y donde operan unas 20 personas.
Cabe destacar, que en Nueva Zelanda se asienta la falla entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía, es decir se encuentra ubicada en el límite entre dos placas que pelean entre sí.
Según el instituto de investigación «GNS Science», Nueva Zelanda tiene una tendencia histórica a este tipo de fenómenos y los registros, que empezaron en la década de 1840, muestran que, en promedio, el país puede registrar varios terremotos de magnitud 6 cada año, uno de magnitud 7 cada 10 años y uno de magnitud 8 cada siglo.