Decenas de empleadas públicas de Afganistán salieron este jueves a las calles de Kabul, la capital del país, para reclamar los derechos laborales de las mujeres, cercenados tras la llegada al poder del régimen talibán en agosto del año pasado.
Durante la manifestación, exigieron volver a sus puestos de trabajo en la administración pública, que tenían antes de la llegada de los talibanes al Gobierno.
"La mayoría de nosotras tenemos títulos de licenciatura y maestría con más de diez años de experiencia, tenemos que recibir nuestros derechos de trabajo y debemos ser reclutadas nuevamente para nuestros trabajos", dijo una de las manifestantes en un video difundido en redes sociales.
Desde el regreso al poder de los talibanes, las mujeres fueron apartadas de sus puestos de trabajo en todo Afganistán y sólo se les ha permitido laborar en los sectores de la salud, educación primaria y comunicaciones.
En televisión, las presentadoras fueron obligadas a cubrirse el rostro para trabajar. En solidaridad, sus compañeros hombres aparecieron en pantalla con mascarillas.
"El burka y todo lo demás que nos imponen no nos detendrá y seguiremos nuestra batalla por nuestros derechos", afirmó con su rostro cubierto la presentadora Basira Joya, del canal Arayan. La periodista recordó a los talibanes que "el Islam es una religión de bondad y nunca impone algo a hombres o mujeres".
El régimen talibán restringe también los derechos educativos de muchas niñas que deberían asistir a la escuela secundaria o de mujeres que deberían cursar estudios universitarios. Unicef ha expresado su preocupación al respecto pero las autoridades afganas han señalado que debe crearse un “marco legal”, dentro de los límites reflejados por la sharía o ley islámica, para que las mujeres vuelvan a estudiar o a trabajar.
El acceso de las mujeres al campo laboral y al sistema educativo forman parte de las demandas que hace la comunidad internacional al Gobierno afgano, controlado por los talibanes.
Situación económica
Afganistán se encuentra inmerso en una crisis económica, desde hace años, y se agravó con la llegada al poder del talibán, en agosto de 2021.
La comunidad internacional impuso una serie de sanciones por violaciones a los derechos humanos que comete el régimen en el país, en especial contra las mujeres y niñas.
Un informe del Banco Mundial, dado a conocer este jueves, señaló que "las condiciones económicas y sociales en Afganistán siguen siendo terribles, a pesar del aumento del apoyo humanitario internacional tras el abrupto cese de las ayudas en agosto de 2021".
Además estimó que este derrumbe de la economía del país ha reducido "el empleo y las importaciones, incluidos los alimentos y la energía, a la mitad", mientras que calcula que el gasto público "se ha reducido en tres cuartas partes" desde el pasado mes de agosto.
