El pasado viernes 30 de septiembre, se reportó la muerte de 53 personas, 46 de ellas fueron mujeres jóvenes y niñas, luego de un ataque suicida en la capital afgana.
De acuerdo a información dada por la misión de las Naciones Unidas en Twitter, el número total de heridos asciende a 110.
Este ataque se produjo mientras cientos de estudiantes hacían su examen de práctica para ingresar a la universidad. Ningún grupo ha asumido la responsabilidad del ataque suicida pero grupos islámicos como el Daesh consideran como herejes a los chiítas y han realizado varios ataques mortales en zonas con niñas, escuelas y mezquitas.
Más de 100 mujeres afganas protestaron este domingo 2 de octubre en la ciudad de Herat, al oeste del país por el terrible atentado suicida. Las manifestantes usaron el eslogan: "La educación es nuestro derecho, el genocidio es un crimen.
Desde que se hizo pública la noticia del ataque, la cuenta de Unicef Afganistán, condenó todos los ataques escribiendo: “La violencia en o alrededor de los establecimientos educativos nunca es aceptable. Tales lugares deben ser remansos de paz donde los niños puedan aprender, estar con amigos y sentirse seguros mientras desarrollan habilidades para su futuro”