Al menos 104 fallecidos y alrededor de 40.000 niños menores de cinco años han sido hospitalizados, a causa de una fuerte ola de frío y las inundaciones súbitas en las dos últimas semanas, que ha afectado a gran parte del país de Asia del Sur.
"Según los datos del Ministerio de Gestión de Desastres, desde el pasado 10 de enero han muerto 104 personas en 15 provincias, 50 casas han resultado completa o parcialmente destruidas", indicó en una rueda de prensa el portavoz del ente, Janan Sayeq.
Por su parte, el Ministerio de Salud Pública, indicó que al menos 10.000 niños son ingresados semanalmente en centro de salud por problemas respiratorios provocados por las bajas temperaturas.
Actualmente Afganistán experimenta desde finales del año pasado, temperaturas que han rozado los -20°C, cubriendo de nieve gran parte del país incluyendo la capital, Kabul, lo que ha ocasionado cortes del suministro eléctrico y agua potable.
En este sentido, la Cámara Afgana de Industrias y Minas ha alertado de que los servicios para los clientes no están activos ni durante una hora al día.
La nueva ola de frío ha bloqueado los puntos de acceso a las zonas más remotas del país, donde ya de por sí escasean medicinas y alimentos. En estas dos últimas semanas se han reportado el fallecimiento de unas 70.000 cabezas de ganado, lo que peligra el suministro y abastecimiento de este rubro alimenticio.
Los cultivos de invierno han resultado gravemente dañados, en especial las hortalizas.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Organización de Naciones Unidas (OCHA) junto a las autoridades locales, informaron sobre la distribución de alimentos y ropa de invierno a cerca de 5.000 familias damnificadas, por las temperaturas extremas que experimenta el país.