El pasado viernes, la ciudad de Solingen, Alemania, fue escenario de un violento ataque con cuchillo que dejó tres muertos y ocho heridos. El canciller alemán, Olaf Scholz, lo calificó como «terrorismo contra todos nosotros» durante su visita al lugar, donde depositó una flor en memoria de las víctimas.
El presunto autor, un sirio de 26 años, se entregó a las autoridades al día siguiente. Según la policía, confesó haber perpetrado el ataque, que luego fue reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI). «El ataque se llevó a cabo para vengar a los musulmanes de Palestina y de todas partes», declaró el EI.
Debate político y normas de asilo
Este trágico suceso ha reavivado el debate en Alemania sobre las normas de asilo y deportación, especialmente con las elecciones estatales a la vuelta de la esquina. Scholz subrayó la necesidad de repatriar a aquellos que no tienen derecho a quedarse en el país.
El atacante, descrito como un «caso Dublín», había llegado a Alemania en diciembre de 2022. A pesar de los intentos de deportarlo a Bulgaria, las autoridades no lograron ubicarlo en su alojamiento para refugiados. Esto ha generado críticas sobre la efectividad de las políticas de asilo en el país.
Flores y Velas en Solingen
En el lugar del ataque, un cartel con la frase «Compasión y dolor en lugar de agitación» acompaña un memorial improvisado con flores y velas. La comunidad local se encuentra en estado de shock, y el incidente ha intensificado el sentimiento de inseguridad.
El jefe de la policía local, Thorsten Fleiss, detalló que los ataques fueron dirigidos al cuello de las víctimas, lo que refuerza las sospechas de un acto terrorista planificado. El Tribunal Federal alemán ya ha ordenado la prisión preventiva del sospechoso, acusado de pertenencia a un grupo terrorista.
“Ya es suficiente”
El ataque también ha generado reacciones en el ámbito político. Friedrich Merz, líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), expresó en su sitio web que Alemania debería dejar de admitir refugiados de Siria y Afganistán. «Ya es suficiente», sentenció, reflejando el creciente debate sobre la política migratoria del país.
El sospechoso, identificado como Issa al H., vivía en un centro de refugiados en Solingen. La noche del sábado, la policía revisó el lugar, mientras los líderes locales, como Hendrik Wüst, calificaron el ataque como un «acto terrorista».
Con información de DW