Sierra Leona se enfrenta a una crisis de drogas considerada la peor de África y tiene su origen en lo que se conoce como «kush»: una mezcla de opiáceos, cannabis, desinfectante y, según los lugareños, huesos humanos triturados que han sido desenterrados de tumbas.
«Esta nueva droga induce un subidón hipnótico de larga duración y puede volver a los usuarios violentos e impredecibles, por lo que es tan peligrosa como la heroína y la cocaína, dijeron expertos entrevistados por RT.
Cabe destacar que esta nueva droga se ha hecho rápidamente famosa por su alarmante potencia y sus efectos destructivos. Los consumidores afirman que se vuelven adictos desde la primera dosis, lo que les lleva a una espiral de dependencia de la que es difícil liberarse.
«Las autoridades sospechan que las bandas que trafican esta droga están moliendo huesos humanos y los añaden a la mezcla. Se cree que más de 1.000 tumbas habrían sido saqueadas con estos propósitos, según indica David Dean, líder de Amigos de los Muertos, un grupo formado por la comunidad para detener el saqueo de restos humanos de los cementerios», detalló RT.
Dean explicó que antes se añadía a esta droga, formalina, pero ahora se pone algo más: huesos humanos». Según él, el nuevo ingrediente se ha añadido porque contiene mucho azufre. «El azufre tiene el potencial de dar esa sensación de subidón, especialmente cuando se toma en altas concentraciones y cuando se inhala, porque va directamente al cerebro», agregó.
El kush es fabricado y distribuido por bandas criminales. Llegó a Sierra Leona hace unos 12 años, y según el medio británico, actualmente un cigarrillo de marihuana suele costar unos 25 centavos de dólar estadounidense, aunque muchos consumidores gastan más de 10 dólares al día, un monto muy alto para uno de los países más pobres del continente africano.
La droga se ha convertido en algo habitual en todo el país, con barrios y comunidades enteros adictos. Un problema que, según los expertos, se ve agravado por la tasa de desempleo juvenil, de 60%, una de las más altas del mundo.
El Hospital Psiquiátrico Docente de Sierra Leona afirmó que se ha visto desbordado de enfermos en los últimos años. «Ya hemos registrado casi 2.000 casos de adictos al kush en el 2023 en el hospital. Muchos están muriendo en sus casas y en la calle», afirma el doctor Jusu Mattia, superintendente médico en funciones del centro.
Lamentablemente, la epidemia de kush no se limita a Sierra Leona: también se ha infiltrado en Liberia y Guinea, impulsada por una débil regulación y una alta prevalencia del trastorno de estrés postraumático como consecuencia de las sangrientas guerras civiles que asolaron a esos países en el pasado.