Aunque la pandemia por la Covid-19 no ha terminado, los casos de contagios han disminuido en todo el mundo. Sin embargo, China está presentando esta semana un repunte importante de casos que han prendido las alarmas de las autoridades.
El país ha sido el epicentro del virus, pese a haber implementado medidas para controlarlo. Este miércoles se reportaron un total de 31.454 nuevos casos domésticos por el virus, lo que supone una cifra récord desde el inicio de la pandemia en diciembre de 2019.
De los casos reportados, 27.517 son asintomáticos, indicó la Oficina Nacional de Salud de este país.
El reporte refiere que a medida que aumentan las infecciones por el virus debido a la variante ómicron, se cierran algunos recintos públicos, por ejemplo, escuelas, restaurantes y gimnasios.
La semana pasada, las autoridades sanitarias chinas informaron del primer fallecimiento por covid-19 en la nación en casi seis meses. Se trató de un hombre de 87 años residente en Pekín que se complicó tras ser diagnosticado.
Entre martes y miércoles se reportaron dos fallecidos más, una mujer de 91 años y un hombre de 88 años. Ambos tenían antecedentes médicos graves, como accidentes cardiovasculares.
Liu Xiaofeng, subdirector del Centro Municipal para el Control y la Prevención de Enfermedades, describió la situación como la más compleja y grave que se ha visto en la ciudad.
Pidió a las personas que protejan a los ancianos en el hogar y a las familias que padecen enfermedades subyacentes.
Consecuencias económicas
China es la única gran economía del mundo que todavía persigue erradicar por completo el virus de su territorio con confinamientos de ciudades enteras, aislamiento de los contactos positivos y test masivos, bajo la estricta política de “Covid cero”.
Esta semana decenas de inmuebles residenciales fueron confinados y las empresas pasaron en su gran mayoría al teletrabajo.
Estas medidas, aunque necesarias, han generado protestas en el país, lo que incrementa los casos de contagios.
Las protestas más fuertes han sido la de los trabajadores de la mayor planta de iPhone del mundo, que se ha visto sacudida por violentos enfrentamientos entre trabajadores que exigen un aumento en los sueldos, y el personal de seguridad.
La fábrica está en Zhengzhou, ciudad que sufre confinamiento por el virus desde octubre.
Las bolsas chinas caían el jueves, ya que la preocupación por la cifra récord de casos detuvo el optimismo de los inversionistas.
