Desde Washington DC, se reporta que Estados Unidos está en máxima alerta ante la posibilidad de un inminente ataque de represalia por parte de Irán contra Israel, lo que ha generado crecientes temores de un conflicto regional más amplio.
Según fuentes oficiales, la Casa Blanca ha confirmado la existencia de una amenaza «real», «creíble» y «viable» de posibles ataques por parte de Irán, especialmente después del reciente ataque israelí a un complejo diplomático iraní en Siria, que resultó en la muerte de tres generales iraníes, reportó CNN.
El presidente Joe Biden, quien ha estado monitoreando de cerca la situación, ha recibido actualizaciones constantes de su equipo de seguridad nacional. Además, se han emitido nuevas pautas de viaje para los empleados gubernamentales en Israel, así como en otros países, como Gran Bretaña y Francia, como medida preventiva ante la amenaza iraní.
John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, ha declarado: «Estamos observando esto muy, muy de cerca». Sin embargo, se ha negado a proporcionar detalles sobre el momento exacto de la amenaza.
Mientras tanto, el Departamento de Defensa ha desplegado activos adicionales en la región del Medio Oriente para fortalecer las defensas y proteger las fuerzas estadounidenses, en anticipación a posibles ataques por parte de Irán.
CNN ha podido confirmar que, según fuentes cercanas a la inteligencia estadounidense, un posible ataque iraní contra Israel sería llevado a cabo por fuerzas proxy en la región, en lugar de ser ejecutado directamente por Irán. A pesar de ello, la amenaza es considerada «muy clara y creíble», y existe la posibilidad de un ataque a gran escala utilizando drones y misiles.
La preocupación por una escalada en el conflicto ha llevado a Estados Unidos a intensificar las comunicaciones con sus aliados, incluyendo a Israel, así como a instar a otros países a ejercer presión sobre Irán para evitar una mayor escalada. El secretario de Estado, Antony Blinken, ha estado en contacto con líderes extranjeros para abordar la situación y garantizar la defensa de Israel.
La situación en la región del Medio Oriente es tensa y en constante evolución, con Estados Unidos y sus aliados preparándose para cualquier eventualidad mientras se esfuerzan por evitar una escalada que pueda desencadenar un conflicto regional más amplio.